Mi madre preparaba el desayuno en la cocina, salí de mi habitación ya bañada y cambiada. Camine hacia la encimera y me sente en uno de los banquillos, mi madre al verme me sonrío y me sirvió el desayuno, huevos con tocino.
—¿A que hora vendrá Adam?– mi madre se sirvió en un plato y se sento a mi lado.
—en una hora, hace rato me mando un mensaje— estaba un poco nerviosa por presentarme ante la mamá de Adam y ademas tenía que inventar una escusa para no llegar a dormir —mamá, a lo mejor no llego a dormir, Adam... este... el tiene un evento y tengo que acompañarlo, mejor no me esperes.
–amor, ya eres una mujer adulta no tienes que pedirme permiso, solo cuidate mucho y mándame mensajes de vez en cuando para saber que estas bien, solo eso te pido.
–lo hare— seguí con mi desayuno.
Terminamos el desayuno y me puse a limpiar la cocina, mi madre revisaba su correo electrónico, habiamos publicado un anuncio pidiendo ayuda para localizar a Harry, solo lo hicimos con las personas que él pudo haber tenido contacto, mi madre no queria recurrir a la policia o exhibir el rostro de mi hermano por toda la cuidad. Termine de limpiar la cocina y me sente junto a mi madre que estaba en la sala con su laptop en sus piernas.
—¿Nada aún?
—no, pero no pierdo la fe.
—Adam ya tiene gente buscándolo mamá, fue una de las cosas que me prometió si trabaja para él.
—lo se, pero no puedo quedarme sentada esperando amor, tengo que hacer algo.
—mamá— apenas iba a responderle cuando el timbre de la puerta me interrumpió, me levanté de sillón y camine hacia ella para abrirla, del otro lado Adam vestido casualmente me dejo sin aliento, se veia irresistiblemente guapo con jeans y chaqueta de cuero, parecia mas joven de lo que era y malditamente sexy, me regalo una sonrisa dulce, de esas de las que pocas veces muestra, su mirada estaba cargada de esperanza.
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—buenos días— su voz era suave pero llena de felicidad.
—hola.
—¿Nos vamos?— entro a la casa y vio a mi madre, camino hacia ella y la saludo con un beso en la mejilla.
—voy por mis cosas— le dije a ambos y subí a mi habitación.
Tome mi bolso y meti mi celular en ella, mi cartera y unos lentes de sol, me la cruce por el cuerpo de modo que cayo en mi cadera. Me mire al espejo, llevaba jeans y playera, en casa de Adam me arreglaría para ver a su madre, tome aire y baje de nuevo a la sala. Adam me miro y se despidio de mi madre quien se veia de mejor humor que hace algunos minutos. Salimos de la casa y nos subimos a su auto.
—¿Tu mamá tiene enfermera?— le pregunte de camino a su casa.
