¿Qué tan difícil puede ser planear algo tan... descabellado?
Es decir, me secuestraron a mí y a mí familia; a ellos los sacaron del país y todo indica que están muertos, conmigo planeaban hacer lo mismo pero por la lujuria (y la estupidez) de Hermes, estoy vivo.
Violaron parámetros de seguridad e irrumpieron en un hospital. Se puede decir que su plan fue exitoso un noventa por ciento, con la mala suerte de que yo soy el diez por ciento y tengo todo claro para acabarlos.
A Perseo no le hizo mucha gracia la idea, mucho menos tratándose de su mamá. Sin embargo, no soy tan inhumano como para matar a alguien a sangre fría solo por venganza. En caso de su primo es diferente, porque estaba abusando de mí y yo tenía mucha rabia por liberar.
Cuando por fin entendió que mi plan solo es negociar información de los movimientos de Olimpia a cambio de que ellos puedan verse, accedió a colaborar.
Unas cuantas semanas en casa de los padres de Kelvin fueron necesarias para poder ajustar detalles. Mientras, José avanzaba con el papeleo sobre la herencia e investigación que revelaban detalles interesantes.
Muy interesantes, diría yo.
Tan interesantes, que muchas noches eran la razón de peso por la cual yo no podía dormir porque mi cabeza organizaba muchas teorías conspirativas.
Estando todo listo, partimos de Ciudad Centro hasta La Gran Ciudad. A doña Christina le da terror el simple hecho de pensar que ahora sí tengamos un final fatal y que no solo muera yo, sino también su hijo.
Bajo las estrellas y la luna creciente en plena madrugada, fue que pudimos salir de la casa sin ser visto u oídos por ella.
El plan, por otro lado, es sencillo, básico y directo. A pesar de ello, nos tomó un par de semanas poder estudiar sus movimientos y frecuencia con la que los haces, su rutina, el tiempo que le dedica a la oficina y lo que hace después de ella.
Resultado: de su casa al trabajo y del trabajo a su casa.
He de suponer que tal vez no tenga fuerzas para seguir con su vida después de creer perdido lo que más amaba en su vida, que tanta codicia y lujos no le puede devolver lo más preciado para una madre: su hijo.
Apelando a ese sentimiento, espero que esté de acuerdo en colaborar conmigo a cambio de cumplir el sueño de ver a alguien que cree muerto.
—¿No es más fácil secuestrar a Olimpia y salir de ella?
Miro a Lucas a través del espejo donde me estoy peinando. Está parado en la entrada de mi habitación en el apartamento que alquilamos cerca de las torres Carotelli.
—Facil no debe ser. Después de lo sucedido en el cementerio, estoy seguro de que Olimpia del Toro está minada de seguridad. En sumo caso, no sería lo más práctico. ¿Creés que la muerte es suficiente castigo para alguien que ha hecho tanto daño?
—¿No lo es?
Dejo el peine arriba de la mesita y me echo el perfume que siempre he usado.
—No, Lucas. No lo es. Las personas como Olimpia que solo aman el dinero y creen que pueden andar por la vida haciendo el mal, creyendo que se saldrán con la suya, deben pagar con cárcel y pobreza sus males.
—¿Confías en el sistema judicial de este país?
—No —me detengo frente a él—. Pero, como todo en este país, no hay algo que dinero no pueda comprar.
—Quien dijo que el dinero no compra la felicidad...
—Es porque no ha tenido el dinero para comprarla —completo—. Te ves... lindo —lo halago, con una sonrisa.
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Enséñame a Vivir II
RomanceUn año ha pasado desde que Jonah Boat fingió su muerte para recuperar lo que por derecho le corresponde y hacer justicia por todo lo malo sucedido. Pero, más allá de eso, por la remota posibilidad de recuperar a su familia. Cuarto y último libro de...