Mi Profesor tiene Tinder 🌸YoonMin🌸 - ᵉⁿ ᵉᵈⁱᶜⁱᵒ́ⁿ

ESPECIAL II

☆.｡.:*Especiales Happy-MiMi-Day.｡.:*☆
Especial:
Cuando los señores papás de MiMi eran jóvenes y se enamoraron uno del otro.

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Park Jihyun era un alfa bastante tímido, inteligente, y un poco patoso, que estaba en su último año de instituto y estaba ansioso porque este terminara... Ó bueno, eso había sido así, hasta que la conoció... A ella: Taeyeon. Era una omega seria, inteligente y organizada que había llegado nueva ese año al instituto, y que había llamado la atención de todos, incluída la del alfa castaño.

Aunque eso molestaba a Jihyun; que todos los alfas y betas, tanto solteros como con pareja, fueran tras rubia de ojos grises. Aunque ella parecía ni darse cuenta, ya que ignoraba los intentos de cortejo de todos monumentalmente.

Todos alegaban lo hermosa y elegante que era la omega, y claro que lo era, pero al alfa le molestaba que eso fuera lo único que comentaran. Era obvio que la muchacha no era sólo una cara bonita y era jodidamente inteligente. Ya estaba en penúltimo año, con apenas quince años, –tal vez Jihyun había investigado un poco– tenía el mejor promedio de toda su clase, y había entrado con una beca completa, lo cual era demasiado extraordinario en el colegio tacaño al que iban.

El alfa se había querido acercar en varias oportunidades a la menor, pero él era demasiado tímido y torpe, y nunca encontraba las palabras correctas. Además, sentía que con sus ojitos bonitos y serios, la fémina podía leer los pensamientos y ver su alma, sin problema. Eran simplemente hipnotizantes, y eso le asustaba.

Estaba puchereando mientras picaba sin ánimos con sus palillos el almuerzo, cuando sintió como alguien se sentaba a su mesa. Cosa que nunca antes había pasado, pues él era el menos popular del lugar, y a veces odiado por ser un "cerebrito".

Levantó su rostro esperando ver a algún otro inadaptado como él, ó a algun otro alfa queriéndose meter con él por "parecer un delta", sin embargo, por supuesto que no se esperaba ver a la hermosa omega de cabellos rubios y ojos grises en la cual había estado pesando los últimos veinte minutos, sentada frente a él, con una pequeña y linda sonrisa, y con su bandeja de almuerzo sobre la mesa.

— Hola. — saludó amable.

Y Park Jihyun se desmayó.

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El alfa se despertó de forma lenta, abriendo sus ojos con pereza, viendo el techo blanco de lo que parecía ser la enfermería. Estaba tratando de recordar cómo había terminado en aquel lugar, cuando una suave y hermosa voz habló.

— Oh, gracias a la Luna, ¡despertaste!

Jihyun suspiró, y lentamente giró su cabeza hacía un lado, al lugar de donde provenía la voz.

— La enfermera dijo que no era la primera vez que te desmayabas, que no me preocupara. Pero te golpeaste muy feo la cabeza, así que le pedí permiso para quedarme contigo hasta que despertaras... Espero no te moleste. — explicó con voz suave, y mirada amable y enternecida.

El castaño vió con detalle el angelical rostro, aprovechando la cercanía, sin percartarse de como el rubor empezaba a invadir el rostro de la fémina, debido a la vergüenza.

— Eres demasiado hermosa... — murmuró el alfa inconscientemente.

E inmediatamente, se dió un facepalm, dándose cuenta de el pequeño dolor de cabeza que tenía gracias a eso.

La muchacha por otro lado, sonreía sin poder creer las palabras del adorable alfa. A ella le llamaba mucho la atención el mayor, pues era todo lo contrario a todos los alfas que había conocido antes, y eso la intrigaba. Sobre todo, porque el castaño tenía actitudes muy tiernas que rayaban lo infantil, y eso calentaba su pecho, y hacía a su lobito mover su cola emocionado.

Y hablando de su lobo.

Este parecía estar eufórico, al sentir el aroma del mayor. Era simplemente exquisito; olía a pino, margaritas y moras. Aunque era la primera vez que conocía a alguien con tres aromas.

— ¿Estás bien? — preguntó Taeyeon luego de un rato, al ver al alfa prácticamente reñirse a sí mismo.

— ¿Eh? ¡Ah! Si, si... Es sólo que... — suspiró — Siento haberme desmayado... Y mis palabras... Puede que te haya hecho sentir incómoda y lo lamento.

La rubia acarició el cabello del alfa de forma delicada, mordiéndose el labio, al ver como este cerraba sus almendrados ojitos a su tacto.

— No te preocupes, no me incómodaste en absoluto. — respondió tranquila.

— Oh... Eso bueno... Supongo. — contestó con una mueca confundida el mayor.

Se quedaron observando en silencio, con la fémina acariciando los suaves cabellos color chocolate en todo momento.

— Me gusta tu aroma. — confesó la rubia.

Jihyun sintió su rostro enrojecer.

— Ta-También me gusta tu aroma... Aunque nunca había conocido a alguien con tres olores. — admitió.

Taeyeon se sorprendió. Que ella supiera, sólo tenía dos.

— ¿Cuáles son? — preguntó interesada.

— Hueles a... Manzanilla, canela y... Vainilla. — sonrió.

— Tú hueles a pino, margaritas y moras. — admitió la fémina — Eres muy dulce... Bu-Bueno... Tu aroma es dulce, supongo que tú igual lo eres.

Ambos tenían un tierno sonrojo en sus rostros.

Jihyun tomó la mano de la omega, y la acarició con su pulgar, tratando de tranquilizarla. Ella agradeció el gesto.

Se quedaron observando nuevamente por varios minutos, hasta que el alfa habló.

— Creo que... Deberíamos ir a clase. La enfermera regresará en cualquier momento, y nos gritara si nos ve aquí, haciéndo nada. — rió.

La muchacha ayudó al mayor a ponerse de pie, salieron de la enfermería tomados de la mano, y con sus lobos eufóricos por la cercanía y el contacto.

— Oppa... — llamó la rubia, riendo al ver como el rostro del más alto se ponía rojo por el honorífico.

— ¿Qué sucede? — apenas y preguntó.

— No creo que... Le haga daño a alguien que nos saltemos la última clase... — murmuró.

Jihyun pareció pensarlo.

— Tienes razón. Después de todo, ambos somos los mejores promedios de nuestras clases.

— ¿Cómo sabes que soy el mejor promedio? — preguntó atónita.

El castaño se atoró con su propia saliva, haciendo reír a la menor.

— Yo...

— ¿Tú?

— ¿Quieres ir por un helado?

La muchacha rió nuevamente y asintió con su cabeza.

— Me encantaría ir por un helado contigo. — admitió.

Y antes de arrepentirse ó de que el mayor dijera algo más, se puso de puntillas y besó la mejilla del alfa, deleitándose con la sonrisa avergonzada de este.

— Bi-Bien... Vamos.

Salieron del instituto tomados de la mano, con sonrisas enormes en sus rostros, y sin saber que ese sería el principio de su hermosa y no tan cliché, historia de amor.

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Tengo calor, muchas cosas y tareas qué hacer, y aquí me ven escribiendo jeje.