🅃🄸🄽🄳🄴🅁🔥
~¡𝙁𝙚𝙡𝙞𝙘𝙞𝙙𝙖𝙙𝙚𝙨, 𝙅𝙞𝙢𝙞𝙣!
𝙋𝙖𝙧𝙚𝙘𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙩ú 𝙮 𝙔𝙤𝙤𝙣𝙜𝙞 𝙨𝙚 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙖𝙣.❤
¿𝙀𝙣𝙫í𝙖𝙧 𝙪𝙣 𝙢𝙚𝙣𝙨𝙖𝙟𝙚?
» [𝚜𝚒] 🔥
» [𝚗𝚘]
Lo único que el pequeño Park Jimin pudo pensar fue un:
-"¿Cómo dices que dijiste...
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Jimin y Yoongi iban en el auto del mayor, mientras este manejaba en dirección a la casa de los señores Park; habían salido hace media hora de la casa del alfa, y su pequeña pareja se había dormido después de diez minutos, lo cual dejaba el ambiente del auto muy silencioso y un poco lúgubre para Yoongi, que ya estaba acostumbrado a oír los chistes ó el canto de su pareja cada vez que salían juntos y él debía de conducir.
Además de que el pelinegro se sentía particularmente nervioso ese día; normalmente los padres de su pareja, le permitían a esta quedarse hasta tarde en su casa, así que no entendía la urgencia de que estuvieran los dos allí para la cena. – porque Yoongi estaba seguro que aunque sonara como opción el que él estuviera presente, era más bien una orden – Y el que hubieran sido un poco/bastante misteriosos en cuanto a la razón no ayudaba. Lo único que lo tranquilizaba es que el pelirosa no estuviera nervioso ó ansioso, y sólo eso ya era de mucho consuelo, ya que quería decir que no habían hecho algo mal.
Ó por lo menos su novio tampoco estaba al tanto de ello.
Quince minutos más tarde, el auto negro entraba a la residencia de los Park, con un alfa muy sorprendido al ver un coche que no conocía parqueado también al frente de la casa. Así luego de estacionarse detrás de este, decidió despertar a su pareja, en lugar de cargarla dentro, para que también pudiera verlo y le aclarara si conocía al auto ó al posible dueño.
— Jiminie, bebé. — susurró mientras acariciaba el rostro del nombrado.
Poco a poco el omega empezó a parpadear, hasta que finalmente abrió sus somnolientos e hinchados ojitos.
— Uhm... ¿Ya llegamos? — preguntó con voz suave.
El mayor sonrió enternecido.
— Si, mi amor. Ya llegamos... Pero, eeh, tengo una duda... ¿Tú sabes de quién es ese auto? — preguntó señalando al frente.
El omega volvió su mirada lentamente, y luego de parpadear tres veces con pereza, finalmente respondió.
— Ni idea, Yoonie. ¿Entramos? Ya tengo hambre... — respondió vagamente, para luego abrir la puerta, salir y estirarse.
El mayor parpadeó confundido, sin embargo, siguió a su pareja, saliendo también del auto después de él. Se acercó a donde estaba parado su novio, rodeó su cintura con sus brazos y besó su mejilla.
