Capítulo 19 "Sublime"

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NARRA ZOÉ

Despierto con un dolor intenso en mi vientre y estoy mojada, volteo a buscar a Salva y no está. De mis dos embarazos previos solo con Aitana pude experimentar las contracciones, a pesar de que las sufrí no logre parir en forma natural porque no dilate nada y el caso de Miguel fue que se planificó la cesaría, se le dio tiempo de nacer de manera natural y no quiso.

- Salvaaaaaaaaaaa - grito, me duele horrible, más que con Aitana - Salvaaaaaaaaa - sigo gritando mientras me levanto para buscarlo, el dolor es demasiado intenso y siento miedo - Salvaaatoree - grito de nuevo, Jesús, sí que duele parir.

Salgo de mi habitación y veo que la enfermera viene corriendo a socorrerme.

- Necesito un hospital ya - le indico con las palabras entre cortadas y ella asiente.

Luego Carlotta toma mi bata de dormir y me la ayuda a colocar, porque claro estoy desnuda; mientras una de las niñeras que se llama Lucia prepara la pañalera, tanto ellas como las otras dos niñeras hablan español.

Entonces salimos de casa listos, voy con Nico y Carlotta, me duele demasiado y pareciera que la bebé quisiese nacer ya. En el camino le pido a Nico que llame a Salvatore y le cuente todo porque lo necesito conmigo.

" Calma Zoé, Calma "
" Respira Zoé, Respira "

- ¿Ya llamaste a Salvatore, Nico? - le preguntó nerviosa y con dolor, estoy temblando.

- Si señora - responde rápidamente.

Ni cuenta me di con lo mal que me siento.

Por fin llegamos al hospital, donde me atenderá mi Ginecólogo, el doctor Lucca Leone y en la entrada de este está mi prometido, se ve ansioso y preocupado, esta vestido con un traje a la medida azul oscuro y una camisa blanca, se ve como siempre exquisito mientras yo parezco una loca.

- Amor mío - me saluda y está más nervioso que yo - ¿Estás bien? - pregunta y pausa, esta tan pálido - ¿Qué tienes?¿Dónde te duele? - pregunta mientras me ayuda a bajar y me toma en brazos.

- Salva bájame qué vergüenza - le digo con mi voz un poco cansada mientras sigo temblando del dolor.

Me avergüenzo pues tengo solo la bata para dormir y me van a ver todo, pero no, el italiano no me suelta.

- Déjame ayudarte mi amor, estás temblando - aclara luego me besa la boca con suavidad y sonríe - No se ve nada, te amo mi vida - expresa blanco como el papel pero feliz.

Luego me sienta en una silla de ruedas con mucha suavidad y la empuja a la sala donde ya me espera el doctor Leone.

- Hola Zoé, hoy es el gran día - Lucca al decirlo me sonríe.

Él tiene unos 40 años y es rubio ceniza con ojos verdes, muy lindo y muy buena persona.

- Me está doliendo demasiado - le confieso luego pauso para respirar profundo y empiezo a llorar - Más de lo normal - expreso entre lágrimas.

- No te asuste, vamos a ver qué sucede - me dice mientras toca mi hombro y me da una sonrisa reconfortante.

Mi prometido me ayuda a acostarme en la cama para poder así hacer el tacto, me duele demasiado cuando el doctor introduce sus dedos y Salvatore todo el tiempo sostiene mi mano mirándome con mucho amor, también limpia mis lágrimas.

- Ya sé que sucede - dice el doctor mientras se quita los guantes y se me acerca - Zoé estás a punto de parir, tienes 8 cm de dilatación - nos explica y pausa - cuando llegues a diez, será la hora de pujar - asegura él.

- ¿Qué? ¿Cómo? - le pregunto confundida, esto nunca me había pasado - ¿Por qué no noté que estaba en trabajo de parto? - le cuestiono con un dolor intenso.

Cruzando Fronteras (Borrador sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora