Capítulo 9 "Positivo"

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NARRA ZOÉ

Han pasado dos semanas y estoy tranquila porque Salvatore no ha vuelto a casa de doña Laura, estoy calmada porque sé que no me reconoció; necesito este trabajo y también valorar la confianza que muchas personas depositaron en mí, si se enteran de mis actos sería fatal.

Hoy me levante algo enferma, me siento mareada pero voy igual a la cocina a comer, Sofía preparo un delicioso desayuno mexicano y jugo de naranja, porque sabe que me encanta. Estoy comiendo pero no sé porque sigo mal y creo que debo ir al baño, me levanto de la silla como un torpedo directamente a este.

Estoy en el baño y no paro de vomitar, creo que me enferme y no podré salir hoy a disfrutar con mis niños, ojalá mañana me levante mejor para empezar bien mi semana de trabajo.

Salgo del baño, Sofía me toca la cara con agua y me mira.

- Estás pálida - Dice y me mira detenidamente mientras palmea suavemente mis cachetes.

- No sé que tengo o que me cayó mal - digo temblorosa mientras salgo del baño de la mano de Sofía.

Ella me lleva a mi alcoba.

- Será que fue todo el dulce que comiste ayer - recalca y me recuesta en la cama.

- El helado no es tan malo - murmuro mientras cierro mis ojos.

- Todo en exceso lo es - me regaña suavemente y toca mi cara de manera maternal.

- No fue tanto y además - digo con un suspiro - ¿Por qué me vine a enfermar hoy? - preguntó un poco irritada.

- Porqué lo comiste demasiado tarde - manifiesta irónicamente luego me da una sonrisa cerrada - Voy a bajar a cuidar los niños mientras tu descansas - expresa luego se va.

Cuando estoy sola, los pensamientos llegan y concluyo que nunca el helado me había hecho daño antes y era extraño lo que sucedía. Luego recuerdo algo, hace cuanto no me viene la regla; es que los síntomas son parecidos a los que tuve los primeros meses de embarazo de los niños.

En este preciso momento comienzo a temblar incontrolablemente, no Zoé no puede ser, como puede ser probable si Salvatore uso preservativo, es imposible y si fuera factible...

¡DIOS MÍO!

Voy a tener un ataque de pánico, no puedo controlar mi respiración.

Estoy sola con dos niños, tener uno más sería una locura además de que sería de él, creo que solo debe ser el helado, es imposible.

Mejora a la hora mi estado, bajo al primer piso y le digo a Sofía que ya se me pasó lo que tenía. Nos organizamos para salir, necesito hacerlo y comprar una prueba de embarazo, quiero estar tranquila y hacerme una.

Pasamos un día maravilloso como siempre, Tito y Sofía nos llevan a lugares hermosos, amo el mar, es mi lugar feliz; en un momento digo que necesito ir a la droguería por medicina para el dolor de estómago, mientras ellos están ocupados porque estamos en un parque inspirado en la vida marina con los niños, entonces sin que nadie lo note compro la prueba, luego terminamos de pasar la tarde y llegamos a casa después de cenar pizza.

Espero a que todos se vayan a dormir incluyendo mis niños, que ya están profundos después de caminar todo el día y ver la película Cars por treintava vez.

Entro al baño, antes hago una súper oración y le pido a Dios que por favor no permita esto, destapó la prueba y me la hago; luego la traigo conmigo a la habitación y la dejo en la mesa de noche, cierro los ojos por diez minutos intentando mantener la calma y los abro, es hora de saber.

Cruzando Fronteras (Borrador sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora