Cruzando Fronteras (Borrador sin editar)

Capítulo 20 "Demonio"

NARRA ZOÉ

Esta primera semana con la bebé ha sido muy emocional y única, Julia nació el domingo cinco de octubre a las 2:55 pm, es una cosita tierna y tranquila.

El lunes Aitana y Miguel fueron a conocerla al hospital, ambos niños tomaron muy bien el hecho de tener una hermanita. Ese mismo día nos dieron de alta y llegamos a nuestra casa agotados, pero esta parecía un carnaval llena de globos gracias a la bellísima bienvenida que nos dio nuestra familia.

Aitana dice que tiene una muñequita para vestir y peinar, Miguel aún es muy pequeño y aunque al principio no quería acercarse a ella después la estaba llenando de besitos.

La semana fue bastante graciosa también, a pesar de que tenemos mucha ayuda entre las nanas, enfermera, Isabella y Laura, Salvatore ha querido experimentar ser papá desde cero.

Hace dos días él bañaba a Julia y justo cuando la tomó en brazos para envolverla en la toalla, ella decidió hacer popo encima de papá; realmente fue muy gracioso ver al italiano de trajes impecables con solo un pantalón de pijama mojado y con popo, su cabello totalmente desordenado y con ojeras, tanto que tomé muchas fotos mientras él me miraba como si quisiera azotarme.

Estamos en el jardín disfrutando entre las flores y un precioso día soleado, Julia toma su respectivo baño de sol mientras papá la mima.

- Es tan perfecta - Dice Salvatore mientras está sentado y la tiene encima de sus piernas.

La mira embobado y coge su manito.

- Demasiado - expresó con una sonrisa mientras la miro y le doy fruta a Miguel.

- Hoy vamos a ponerle el vestido rosado, igualito al mío - nos aclara Aitana dando vueltas en el césped para elevar este como en las películas que ella ve.

Tiene puesto un vestido de princesa que compró Isabella, también compró uno para Julia.

- Mis princesas vestidas igual - Salvatore lo dice en un tono divertido, se ríe de lado como siempre tan sexy y sube ambas cejas.

- Dos niñas, dos princesas y mucho rosado - agrego sin parar de reír.

Yo creo que la mamá de Salvatore exagera un poco con la cantidad de vestidos que les compra, pero yo la dejo, aunque a este paso voy a tener que usar una habitación solo para su ropa.

El significado de tener una verdadera familia lo conocí con Salvatore; su amor, sus cuidados y sus acciones me hacen sentir completa.

- Mi vida - dice al ofrecerme un arándano.

- Están deliciosos - lo saboreo y lo digo con el en la boca.

- Tengo que salir a una reunión importante, me voy en la noche y llego mañana - me cuenta mientras acaricia la bebé.

- Te voy a extrañar - declaro haciendo puchero y él se ríe.

La bebé comienza a llorar y él la mira detenidamente con ese azul intenso, tan intenso como el de ella; si, Julia heredó los ojos de el italiano.

- Alguien quiere a mamá - declara mientras se carcajea luego me entrega la bebé y corre la silla de Miguel para él seguir dándole fruta.

Yo empiezo a darle pecho a Julia y tomo su manito.

- Nunca me voy a cansar de verte darle pecho - expresa con una mirada amorosa y pausa - Es perfecto - al decirlo arrastra las palabras luego saca el celular y me toma una foto - Te amo dulzura - expresa con esa mirada suya que es mi todo - Más campeón - le anuncia a Miguel mientras le regala una sonrisa y le da comer.