Capítulo 39 "Hola"

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NARRA ZOÉ

No sé si les ha pasado que a veces uno siente que alguien lo observa, yo en estos momentos siento la tensión y abro mis ojos.

Es él, el culpable de mi dolor y cómo me está mirando, yo el de él.

Viste un traje negro, con cuello tortuga gris, su cadena con la cruz por fuera, el cabello perfectamente peinado hacia atrás y toma un café con tres anillos seguidos en cada dedo desde el índice, pero nuestra alianza no está; Salvatore es zurdo y siempre lleva muchos anillos en sus dedos, pero esta no está.

- Buenos días Zoé - me saluda muy calmado desde el mueble auxiliar.

"Calma Zoé, calma Zoé".

- Hola - lo saludo y efectivamente es lo único que soy capaz de modular.

- Los niños se van a quedar por esta semana con la familia Mazza, yo sé que has comprado una residencia, en una semana los tienes allá - aclara con su maldita voz tan sexy - Mi hijo ¿Cómo está? - me pregunta con un tono de voz tan frío.

El polo norte, así se siente.

- Está muy bien - respondo desviando la mirada hacia el balcón y evitar contacto visual.

- Me informaron que tienes problemas de salud, así que Carlotta te acompañará con las niñeras, además el doctor Lucca ya te está esperando en la clínica para un checkeo - dice mientras se levanta y acomoda su traje.

- ok - respondo detallando el florero, miro a donde sea menos al italiano.

Su calma fría me tiene tensa y necesito ir al baño.

- Ya que decidiste volver donde el mafioso de mierda, este ya no será tan benevolente y la custodia de mis hijos va ser compartida, te di la oportunidad de criarlos sola y me hiciste creer que ibas a hacer ello, volviste y de acá ya ninguno se va - manifiesta sombrío y el ambiente está pesado, sigo sin mirarlo - Mírame a los ojos Zoé - me dice suavemente y sé que me voy arrepentir de hacerlo, pero lo hago - No sé cuál es el motivo de tu regreso pero lo que sí sé es que el divorcio sigue en pie y nosotros no tenemos que ver ya el uno con el otro de acá en adelante, ¿Qué creías?, Que ibas a encontrar al idiota italiano que te amo desde el primer momento, te equivocas gatita, ese hombre murió de una sobredosis - concluye y me da una mirada divertida para salir de la habitación.

Un puño duele menos que conocer al verdadero Salvatore Mazza.

Entonces me quedo anonadada por un rato mirando fijamente el techo pensando en cada una de sus palabras y en todo lo que siento; lo odio, lo amo, lo deseo y le quiero dar una paliza por mentiroso. Al fin de cuentas si yo hice mal él hizo peor y no tiene por qué decirme ni mierda, está muy equivocado si le voy a rogar, si ya se acabó esto pues que se acabe.

Luego salgo de la habitación y llevo aún la playera pero uso unos shorts que no recuerdo haberme puesto.

"El Italiano pervertido"

¡Maldito¡

Llego al quiosco y tomo mi desayuno en compañía de Laura.

- ¿Cómo te fue con Salvatore? - me pregunta expectante.

- No lo sé, a mi parecer fue extraño volverlo a ver y fue demasiado hiriente conmigo - le respondo perdida en mis pensamientos.

- ¿Por qué? - pregunta confundida.

- Porque es un hijo de puta y porque lo odio como lo amo- confieso con los ojos como platos mientras unto un pan con Nutella - Y es evidente que él a mí también me odia - aclaro.

Cruzando Fronteras (Borrador sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora