¿Me hablas a mi? - Bughead

ᴄᴏᴍᴍᴏɴ

Jughead Jones

El viento caluroso de la calefacción invade mi piel mientras que conduzco, Betty esta a mi lado cantando una canción de su cantante favorito, su cabello se mueve y luce dorado ante la poca luz solar.

—Pure heart, deeper
Beautiful, like the bluest ocean
Like a wave, we broke down
The barriers, like the bluest ocean.

Desvio la mirada del camino para poder observarla, ella canta con una botella de agua en la mano fingiendo que es un micrófono. atiene la voz de un ángel.

—It's incredible, inolvidable, unforgettable
Nothing compares to when
I feel you on my skin.— ahora quien canta soy yo.

Tantas veces escuchó este disco que ya me lo sé de memoria, y a decir verdad tiene buenas canciones.

Betty me mira con una sonrisa y continua cantando junto a mi —It feels so natural, natural
When we come together
Like a force of nature.

—No sabía que te gustaban las canciones de Zayn.

Ladeo la cabeza con algo de diversion —Es tu cantante favorito, nena, me se gran parte de su disco.

—¿Cantante favorito? Es el amor de mi vida.— dice exageradamente.

Auch

Eso dolió, Cooper.

Me aparto del camino para frenar y mirarla con los ojos entrecerrados.

—Entonces que Zayn te enseñe a conducir.— la reto.

Estabamos buscando un lugar grande y sin autos donde Betty pueda aprender a conducir. Temía por mi vida y la de mi auto pero era necesario por si ocurría una emergencia, cómo cuando tomo demás en las fiestas...

—Sabes que tengo amigos y uno que se llama Zayn, ¿Verdad?

La miro con superioridad —Pero no tiene licencia para conducir, ni auto-.

¿Cómo se eso? Antes de volverme un idiota, Zayn era uno de mis amigos, cómo lo deje de lado el hizo lo mismo con los códigos y comenzó a salir con Betty, a pesar de que el siempre decía que yo estaba enamorado de ella. Ahora debemos llevarnos bien por ella y por llevarnos bien me refiero a no golpearnos, solo insultos y cuando Betty no puede oirnos.

Se qué fue mi culpa dejar a mis verdaderos amigos, pero si nada de eso hubiese pasado hoy no estaría con Betty, ni ella estaría con las Serpientes. Creo que todo sucedió por algo ¿No?

—De todas formas yo te enseñaré a conducir y yo soy el amor de tu vida.— le guiñé un ojo haciendola reír.

—Eres el amor de mi vida.— aseguró.

Yo solo quedé mirándola cómo el tonto enamorado que soy, en verdad esta chica me volvía loco. La manera en la que me mira, me apoya, siempre saca lo mejor de mi. Sin hacer nada me transmite paz y seguridad algo, que nunca pude sentir con nadie.

Acaricié su mejilla izquierda mientras me acercaba para besar sus labios de manera dulce. Una de las cosas que más disfrutaba de ya no ser amigos era poder besarla.

Al separarnos una sonrisa se dibujó en su cara fingiendo inocencia, juntó sus manos y me miró con ojos de cachorrito.

Algo me pedediría, estoy seguro.

—Entonces... ¿Me enseñas a conducir?

Solté una risa y asentí, tomé nuestras chaquetas del asiento trasero, ya que el invierno se acercaba y las temperaturas bajaban.