ᴛʜᴇ ᴋᴀʀᴍᴀ ɪꜱ ᴀ ʙɪᴛᴄʜ

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Betty Cooper

Me permití disfrutar ese beso y olvidar todo el dolor por unos segundos pero no le permitiría que vuelva a jugar conmigo, si quiere otra oportunidad tendrá que ganársela, esta vez no se la dejaría tan fácil.

Empujé a Jughead en mitad del beso dejándolo sorprendido —Deja de hacer eso.— reclamo.

—¿Qué? ¿Tienes miedo de perder el control?— preguntó con su típica sonrisa arrogante que hacía que todas caigan a sus pies, pero yo no, tengo auto-control.

—Si tu rubia te dejó solo no es mi culpa, me esperan dentro.—

En cuanto le di la espalda, Jughead me tomó del brazo y me giró haciendo que nuestros cuerpos choquen, con uno de sus brazos rodeó mi cintura impidiendo que me mueva. En otro momento desearía poder besarlo pero el fue quien jodió todo, así que solo quiero golpearlo.

—Tú eres mi rubia, y espero que no hables de Zayn, pensé que solo eran amigos.

Aunque intentó coquetear conmigo sigue siendo mi amigo; el fue quien me avisó que Jughead nos observaba así que le pedí permiso para besarlo, y funcionó, ahora el es quien se sentía mal. No quiero ser igual que el, no quiero herir a las personas que amo, pero llega un momento en el que me canso de recibir golpes, ahora yo soy quien los da.

El karma es una perra, Juggie.

—Creo que ese beso explica todo.

El me suelta y retrocede procesando lo que acaba de salir de mi boca, la expresión en su cara demuestra que le dolió pero rápidamente cambia a un semblante serio y se acerca a mi de manera peligrosa.

—No te creo.

—¿Qué? ¿Herí tu orgullo?— pregunto con un puchero en los labios fingiendo lastima haciendo que el ría, no puedo creer que no me tome en serio.

—No lo miras como a mi y según tu la mirada lo dice todo ¿No es así?

Quiero borrarle esa sexy, pero estúpida, sonrisa de la cara.

—¿Y que tal si a ti nunca te miré cómo a el? ¿No crees que sea al revés?— lo reto.

—Di lo que quieras pero los dos sabemos que somos el uno para el otro ¿O tu corazón se acelera de esta manera cuando estas cerca de el?

Solo dice la verdad, y lo odio por eso, no quiero sentirme tan vulnerable frente a el. Mi corazón cada vez late con más intensidad y Jughead cada vez más cerca no ayuda.

—No esta acelerado.— miento.

—¿No? El mío si, y te aseguro que no late así por nadie.

Toma mi mano izquierda y la posa sobre su pecho dejándome comprobar la intensidad con la que su corazón late, dejo de respirar cuando siento la palma de su mano sobre mi pecho pero sin tocar mis senos, se acerca a mi oreja y puedo sentir su respiración allí.

—Te pasa lo mismo, no puedes negarlo.— murmuró.

Odio que tenga este efecto sobre mi.

Siempre dije que sería una mujer fuerte y no me lloraría por ningún hombre, Jughead Jones llega y con una estúpida apuesta me hace llorar dos días seguidos, luego dice que siente confundido y lloro por semanas. ¿Qué te han hecho, Elizabeth? Estoy segura que mi yo de ocho años estaría decepcionada.

—¿Sabes que no puedes jugar conmigo siempre que quieras? Puedo sentir lo mismo, pero no dejaré que me destruyas una y otra vez.

—No fue mi intención hacer que te sientas así.

¿Me hablas a mi? - BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora