Jughead Jones
Diciembre, épocas festivas, adornos llamativos y coloridos, pequeñas luces fuera de las casas, la alegría y el amor rondaban por el pueblo.
El sonido de unos tacones resuenan haciendo que voltee en dirección a la escalera, por ella baja mamá luciendo un vestido corto color magenta con mangas largas, sus zapatos eran del mismo color, su cabello estaba recogido en una coleta y su maquillaje tenía tonos claros. Detrás de ella viene Jellybean con un vestido a cuadros de color bordo, debajo de eso lleva una remera negra al igual que sus botas largas, a diferencia de mamá su maquillaje es algo más oscuro y su cabello estaba suelto.
Estaban bonitas pero no tanto como yo en esta camisa, a nadie le queda tan bien el celeste.
Cuando llegaron al final de la escalera JB dio una vuelta presumiendo su atuendo —Me veo genial, lo sé.
—Que humilde eres, hija.— se burla mi madre.
Ambas van vestidas de corto, creo que olvidan que estamos en pleno invierno.
—Si saben que afuera cae nieve ¿Verdad?
—Si sabes que nadie te pregunto ¿Verdad?
—Te golpeare.— solté de mala manera.
—¡Dejen de pelear! ¡Por Dios, es Noche buena!— exclama mamá ya cansada de nosotros.
Antes de salir de la casa toma su abrigo y los obsequios, yo llevo una bandeja con comida. Salimos tras ella para entrar al auto de mi padre quien nos esperaba fuera. Iríamos a la cabaña de los Cooper en Greendale para cenar y por la mañana abrir los obsequios.
Luego de dos horas llegamos a la casa, la cual estaba adornada con luces en el tejado y unas pequeñas campanas que colgaban de la puerta blanca. Papá ayudó a mi madre con los obsequios mientras que Jellybean presionaba el timbre, Polly nos recibe con una sonrisa y se hace a un lado para dejarnos entrar, dentro el señor Cooper come rápidamente una galleta intentando no ser descubierto.
—¡Hal Cooper, deja de comer mis galletas!
Volteo hacia la rubia que entra a la sala con un vestido largo de color negro ignorando nuestra presencia, su padre cierra los ojos y maldice en un susurro causando que todos riamos excepto Betty. Para salvar el momento aclaro mi garganta llamando su atención, su entre cejo se relaja y nos dedica una sonrisa.
—Lo siento, no los había visto.— se disculpa antes de saludar a mis padres y luego a mi hermana, cuando viene hacia mi solo deja un beso sobre mis labios y voltea nuevamente.
—Es la tercer y última galleta que comes. Horneé todo el maldito día.— reclama a Hal.
Su hermana se acerca a mi familia mientras mira a Betty con cansancio —Disculpenla, mamá quería que todo este perfecto y presionó a Eli para eso.
Mi madre pone una mano sobre su hombro dandole a entender que comprende, suelta un suspiro y camina hacia la cocina en busca de Alice, en cambio, yo voy a salvar a Hal.
—Nena ¿Me ayudas con los obsequios?
Betty le da una última mirada a su padre antes de salir junto a mi, en la sala acomodamos todos los regalos bajo un árbol gigante, de el cuelgan adornos rojos y luces amarillas mientras que en la punta hay un ángel.
—Te ves demasiado sexy.— admito en un susurro cerca de su oreja, ella voltea y guiña un ojo antes de ir a la cocina, rio levemente acariciando mi barbilla.
Betty vuelve a la sala con dos copas en la mano y me extiende una —Ten, la cena ya casi esta lista, debemos acomodar la mesa.
—¿Debemos o debes?
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¿Me hablas a mi? - Bughead
Random-¿Ves a otra persona más linda que tú? -Tal vez tu novia. -¿Celosa? Jughead y Betty fueron mejores amigos desde que eran niños. A los doce años el pelinegro comenzó a salir con nuevos amigos, los cuales trataban mal a la rubia. Ex mejores amigos. Ju...