ɴᴇʀᴠɪᴏꜱᴀ

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Betty Cooper

Desperté sobre su pecho, el de Jughead. Su cabello azabache estaba en un desorden perfecto, una manta roja cubría su cuerpo aunque dejaba a la vista su nuevo y único tatuaje.

Hace unos días lo acompañe a que se haga su primer tatuaje, una serpiente de color verde posaba en su brazo. Antes de ese tatuaje tuvo que pasar por una iniciación, porque si, oficialmente es parte de las Serpientes, con mis encantos logré convencerlo. Su padre estaba muy feliz de saber que ellas lo protegían, aunque tan solo por ser el hijo del rey ya recibía tal protección.

El aún tenía los ojos cerrados pero sabía que solo fingía, deje un recorrido de besos pasando de su cuello, a su mentón hasta terminar en sus labios.

—¿Qué haces?— preguntó con voz ronca y una sonrisa en su rostro, sus brazos me rodearon acercandome más a el.

—Quería comprobar que habías despertado, en todo caso yo debo preguntar eso.

—Admiraba a mi novia.— responde con simpleza, hago un puchero con mis labios antes de acostarme sobre el para esconderme en su cuello —La ruda Cooper se nos puso cariñosa.— se burla.

—¡Por favor! ¡Siempre soy cariñosa contigo!— me quejo, porque claramente tenía la razón, siempre era tierna con el y solo con el.

—Ayer me arrojaste un zapato.— me recuerda.

Ups...

Eso tiene una explicación.

—Tú me corriste por toda la casa para hacerme cosquillas, debía defenderme.

—Tienes una manera violenta de defenderte.

—Estoy en una pandilla, ¿Qué esperabas?

Hace un mes y medio comenzaron a prepararme pero no estaba en mi mejor momento así que decidí posponer la coronación, hoy Fp me dejara al mando de las Serpientes.

—Y hoy ya seras su reina. ¿Cómo te sientes?

—Quiero llorar.— admito haciendo una mueca.

Jughead suelta una risa y me mira divertido ante mi exageración —¿Por qué? Eres parte de ellas hace dos años, a mi todavía me quieren apuñalar cada vez que me ven.— dice con una mueca causando que yo ría.

Sus ojos estan achinados y su voz es ronca, creo que moriré en cualquier momento.

Demonios, es perfecto.

—No lo sé, me da miedo, no quiero fallarles.— confieso.

—No lo harás, estoy seguro, por algo mi padre te escogió a ti.

—Ahora que seré la reina, Jughead Jones ¿Quieres ser mi rey?— pregunto con una sonrisa ansiosa por su respuesta.

Jug retira su mano de mi mejilla y la devuelve a mi cintura para abrazarme nuevamente antes de besarme —Si, Elizabeth.

—Es: Si, nena.— corrijo haciendo que el suelte una risita.

—Bien. Si, nena.

—Ahora si, ya podemos seguir durmiendo.

—O... puedo besarte.— sugiere.

—Tal vez.

Sus labios atrapan los míos de manera dulce pero sorprendiendome porque pensé que solo estaba jugando, aunque no me tardo en corresponder.

—¿Me ayudas a elegir mi ropa?

—Todos tendrán su mirada sobre ti, no importa que lleves.

—Eso me pone más nerviosa.

¿Me hablas a mi? - BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora