"ʙɪᴇɴᴠᴇɴɪᴅᴏꜱ ᴀ ɢʀᴇᴇɴᴅᴀʟᴇ"

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Betty Cooper

Veía el amanecer, el viento golpeaba mi rostro y movía suavemente mi cabello. Voltee para poder verlo, su mano izquierda estaba sobre el volante mientras que la derecha estaba sobre mi pierna; desvió la mirada de la carretera para sonreirme.

Esa dulce sonrisa.

A los lejos pude observar un cartel de madera con bordes rojos merlot, que decía "Bienvenidos a Greendale", sus letras cursivas eran de color blanco.

Luego de un par de indicaciones del GPS el auto se detuvo frente a la cabaña en la que vacacionaba cuando era niña.

—Wow, pensé que era... pequeña.— comentó Jughead algo impresionado.

—Yo la recordaba diferente.— me justifique.

—Tienes las llaves, ¿Verdad?

—Te las di a ti.

—No, no las tengo yo.

—Si, las tienes tú.— contraataque.

—Las olvidaste.— afirmó mientras negaba con su cabeza.

—¡No las olvide!— chillé como una niña pequeña.

Nos miramos por unos segundos, ambos estabamos furiosos, hasta que beso mis labios con lujuria.

—Las tienes tú, ¿Verdad?— pregunté, intentando respirar con normalidad.

Era obvio que me besó porque las había encontrado.

—Cállate.— murmuró aún sobre mis labios, para continuar el beso.

Interrumpí el beso y lo mire con una sonrisa malisiosa —Adios, Forsythe.— me despedí para bajar del auto.

Jughead imitó mi acción molesto mientras que yo solo reía, y luego entramos a la cabaña.

Estaba en mi habitación guardando mi ropa cuando unas manos se posan en mi cintura, sonrio y volteo para ver a Jughead con una expresión seria.

— ¿Necesitas algo?—  pregunto con diversión.

— ¿Puedo seguir besandote?

Rodé los ojos divertida para besar sus labios y caer de espaldas a la cama.

Tiempo despues descanse mi cabeza en el pecho desnudo de mi novio mientras el acariciaba mi cabello.

—Te amo.— murmuró.

Levante mi cabeza para poder verlo a los ojos —Te amo.— asegure antes de cerrar los ojos y caer en los brazos de morfeo.

...

Desperté y no vi a Jughead a mi lado, así que me puse su remera y bajé a la cocina, al entrar lo veo de espaldas. Tenía el torso desnudo, unos shorts rojos y su cabello color negro despeinado.

Luego de admirarlo desde las escaleras me acerco para abrazarlo e intentar apoyar mi mentón en su hombro, pero fallo ya que es muy alto.

—¿Qué haces?— pregunto de manera suave.

El voltea y sus ojos brillan, amo el poder que tengo sobre el. ¿Quién diría que el mujeriego de Riverdale se enamoraría?

—Pancakes, creí que tendrías hambre ya que no desayunamos.— explicó con una sonrisa —¿Cómo despertaste?

—Genial,— Dormí a tu lado ¿Como crees que despertaría? ¿Tu?

—Dormí contigo.— respondió y volteó para seguir cocinando.

¿Me hablas a mi? - BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora