Jughead Jones
—Ayúdame a superar mis inseguridades, y todos mis problemas, pero no te alejes. Maldita sea, no me dejes sola otra vez.— pidió en un susurro.
No respondí solo observé detalladamente su rostro; sus labios hinchados estaban entreabiertos, sus ojos cristalizados, aún podía sentir su respiración sobre mi.
Me estaba comportando como un idiota, otra vez. La rabia recorría por mi cuerpo cuando Zayn estaba cerca de ella porque su intención no era ser solo amigos, y lo entiendo, todo el mundo desea estar con Betty porque es increíble. Pero eso no quita que me moleste, los celos me vuelven un estúpido posesivo. Decir que era mía o cosas así no le molestaba, pero cuando eso venía incluido con una discusión o una escena de celos, lo odiaba.
Reuní fuerzas para abrir mi boca y hablar. La cagué demasiadas veces pero esta vez no, esta vez haría que funcione y le daré todo lo que se merece. Ella se merece el mundo entero. No sé como mierda hizo para cambiarme de esta manera ni como perdonó tantos errores, pero eso tal vez es lo que la hace diferente, tal vez si estamos destinados.
—No iré a ningún lado, no sin ti.
Algunas lagrimas corrían por sus mejillas pero las sequé con la yema de mi dedo, acaricié su rostro con mis nudillos antes de abrazarla, dejando su cabeza sobre mi pecho.
—Estaremos bien, lo prometo.— murmuré antes de plantar un beso sobre su cabeza.
Betty se despegó de mi para poder observarme —Vayámonos, por favor.
Asentí mientras entrelazaba mi mano con la suya para salir del salón, los pasillos estaban vacíos, deberíamos estar en historia.
—¿Tienes tu motocicleta?
—No, vine caminando.
Caminando, con tormentas de nieve, con el frío en Riverdale. Debería preocuparse más por ella, nunca trae abrigo y no quiero que enferme.
Solté un suspiro y giré mi cabeza para verla, ella imitó mi acción haciendo que conectemos miradas.
—Mañana pasaré por ti.— aseguré.
Betty no dijo nada, solo continuamos caminando por el estacionamiento de la escuela. Una vez que encontramos el auto, abrí la puerta dejándola pasar para luego dar la vuelta y abrir mi puerta del lado del conductor. Encendí el motor y la calefacción ya que el frío invadía el interior del auto. Antes de arrancar Betty abrió la boca, con su mirada al frente.
—Llévame a tu casa.
Recordé que su hermana estaría en el pueblo durante este mes, en cambio, Jellybean estaba en la escuela. El silencio reinaba y en verdad era incómodo, pero sabía que aún no era momento para establecer una conversación.
Entendía que la charla en el salón no había sido la mejor que tuvimos, sin embargo, ella me pidió que la acompañe. Quizás eso era lo que quiso decirme hace tiempo y nunca lo entendí, ahora me doy cuenta que aquella noche al salir de su casa no debí hacerlo por ningún motivo. Debí quedarme para abrazarla, para decir que todo era una confusión y ella es la única, a la que realmente amo, intentarlo una y otra vez hasta que se nos acaben las oportunidades. Pero no lo hice, salí por la puerta y caminé por las frías calles como un idiota, como un cobarde.
Llegamos a la casa de mi padre y subimos a mi habitación, al cerrar la puerta me senté en el borde de la cama, ella imitó mi acción, aun así, mantuvo la distancia. Ninguno abrió la boca, habremos estado así como por diez minutos, y cada vez se volvía más incómodo. Pase una mano por mi cara antes de hablar.
—¿Quieres- — no logré terminar ya que ella me interrumpió: —Quiero que estemos seguros de esto, que no haya apuestas, confusiones, inseguridades, nada. Quiero una relación sana y si no podemos lograrlo, será mejor dejarlo ir.
—También quiero eso, quiero que estemos bien.
Betty se quitó sus botas antes de subir sus pies a la cama, la miré con una ceja enarcada y una mueca divertida haciendo que suelte un risita. Me acerqué a ella quedando frente a frente.
—Te necesito, necesito que seas tú con el que despierte cada mañana.
Odiaba arruinar el momento romántico pero debía dejárselo en claro, ella era una mujer fuerte, puede lograr lo que sea por si sola.
—No, no me necesitas, no debes depender de nadie.— le recordé.
Ella sonrió con ternura y acaricié su mejilla mientras me acercaba cada vez más, nuestras respiraciones se unieron, Betty se movió haciendo que nuestros labios se rozaran. Sus labios atraparon los míos en un beso lento, rodeó mi cuello con sus brazos.
—Te amo, Jughead Jones.
—Te amo, futura señora Jones.
Betty sonrió y hundió ambas cejas mientras se sentaba sobre mis piernas para abrazarme con más comodidad.
—¿Crees que en un futuro nos casaremos?
Asentí con una gran sonrisa —Claro que si.
Quiero pasar toda la vida a tu lado, Cooper.
—Imagínate con un vestido de novia, yo ya lo hice, y te aseguro que se te vería genial.
Ella rió antes de depositar un beso en la comisura de mi labio, examinó mi rostro por unos segundos antes de hablar. Sus ojos brillaban, su sonrisa se agrandó, y su mano derecha despeinaba mi cabello.
—Y tú te verías sexy con un traje y moño.
Hice una mueca de desagrado, claramente usaría corbata.
—No usare moño.
—No nos casamos.
Abro mis ojos de manera exagera, mientras ella mantiene su semblante serio pero con una pizca de diversión y cruza sus brazos sobre su pecho.
Caprichosa.
—¡Eso es injusto!
—Si ese día no hay un moño rodeando tu cuello, te diré que no.
—¡Bien! Será con moño, niña caprichosa.
Ella se encogió de hombros con una cara angelical, diciendo: yo no hice nada. Ruedo los ojos para poner mis manos sobre su cintura y besarla.
—Sigues siendo caprichosa.
—Aún así me amas.
Claro que lo hago, Cooper, estoy planeando toda una vida junto a ti. Tengo dieciocho años y ya planeo mi boda, es pronto para planearla pero ya encontré a la persona indicada, de eso estoy seguro.
—Si, te amo.
Luego de unos besos, Betty quedo perdida en sus pensamientos, aún así no dejaba de abrazarme. Comencé a repartir besos por su cara; por su frente, su mentón, sus pómulos, sus ojos, su nariz, la comisura de su labio. Eso la hizo reaccionar.
—¿Crees que cumplamos todo lo que nos prometemos?
—No solo eso, estoy seguro.
—¿Y alguna vez te imaginaste un mini Jug o una mini Betty corriendo por la casa?— sus ojos volvieron a brillar ante sus pensamientos.
—Todo el tiempo.
[Notas de la autora:]
-Medio aburrido el capitulo, perdón, prometo que el próximo queda mejor.
-¿Confirmamos que todos queremos que se casen y tengan minis ellos?
-Puse una canción y un pedacito de otra porque las dos me parecían para la ocasión, Waste the nigh para el incio y Black and white para el final.
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¿Me hablas a mi? - Bughead
Random-¿Ves a otra persona más linda que tú? -Tal vez tu novia. -¿Celosa? Jughead y Betty fueron mejores amigos desde que eran niños. A los doce años el pelinegro comenzó a salir con nuevos amigos, los cuales trataban mal a la rubia. Ex mejores amigos. Ju...