ꜱᴏʟᴏ ᴊᴜᴇɢᴀ ᴄᴏɴᴛɪɢᴏ

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La mañana siguiente Betty desayunaba junto a su madre, mientras le contaba lo sucedido con los amigos de su novio.

Alice suspiró —En verdad son estúpidos, y Jughead también al relacionarse con ese tipo de personas.— tomó un sorbo de café antes de cambiar de tema —El mes que viene vendrá Penny.

Betty estaba feliz, pasó un año desde la ultima vez que vio a su tía —Genial. Debo irme mamá, adiós.—

—Adiós, cielo.— se despidió viendo como su hija tomaba su mochila para salir de la casa.

La rubia caminaba mientras un auto iba tras ella y tocó bocina —¿Y tu motocicleta?

—En tu casa.

—Sube.— esta hizo lo que le ordenó —Buen día, nena.— habló para besarla.

—Buen día.— sonrió.

Más tarde entraron a la escuela tomados de la mano, llamando la atención de todos.
Frenaron en el casillero de Jughead para tomar unos libros, cuando Veronica se acercó a ellos.

—Juggie.— sonrió falsamente.

Betty cruzó sus brazos sobre su pecho—Yo le digo así.

La pelinegra la miro de arriba a bajo con desagrado —Como sea.— sonrió de nuevo —¿Jughead ya te ha contado?

—¿Qué tiene que contarme?

El pelinegro suspiró de manera sonora antes de cerrar su casillero —Adiós, Veronica.— soltó para tomar a Betty de la mano y llevarla al Azul y Oro.

—¿Qué tienes que decirme?

—N-nada.

—Forsythe...

Jughead levantó ambas cejas y le dedicó una sonrisa —Suena sexy cuando lo dices tu— ella no pudo evitar sonrojarse —Y eres tierna al sonrojarte.

—Ya deja de cambiar de tema y dime que tienes que decirme.

—Nada,— suspiró —Veronica quiere separarnos, esta celosa.

Los brazos de Betty rodearon el cuello del pelinegro —Nada ni nadie nos separara.— afirmó con una sonrisa.

Se besaron durante unos minutos, hasta que el timbre sonó avisando el inicio de las clases.

...

A la hora del almuerzo, la rubia se dirigía hacia la salida, hasta que alguien la tomó de la cintura.

—¿A donde va, señorita Cooper—- pregunto Jughead en su oreja, haciendo que ella sienta un cosquilleo en todo su cuerpo.

—S-salgo a comer.— respondió sin voltear.

—¿Puedo acompañarla?

—Si.— el mordió el lóbulo de su oreja y pasó por su lado con una sonrisa victoriosa, mientras que ella cerraba sus ojos para tomar aire.

—Y bien ¿A donde vamos?

—A Pop's.— dijo de mala manera.

—Oye, tranquila.— se burló.

—Vete al diablo.

El soltó una suave risa —Ya habrá tiempo para todo lo que quieras, nena.— habló subiendo a su auto.

La rubia subió del lado del copiloto —Idiota.

—Aun así me amas, admítelo.— bromeó haciendo que ella rodee los ojos.

—Tu me amas.

—Si, te amo.— confesó.

—¿Si?— preguntó sorprendida.

¿Me hablas a mi? - BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora