1.- Prefacio-

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~Ruth~

- ¿Adivina quién quiere colaborar contigo?- le pregunté entusiasmada a mi cliente y amigo músico.

El Espeto era su nombre artístico, pero Sergio era mucho más que un cantautor. Desde los inicios nos habíamos acompañado. Él me había propuesto que fuera su mánager por mi pasión por el mundo de la música y mi don de gentes. Y yo le acompañé a él desde que cantaba en bares con grupitos pequeños, mientras intentaba hacerse un hueco en el panorama musical. Ninguno de los dos hubiéramos soñado que alcanzara la fama que tenía ahora. Sólo queríamos dedicarnos a esto. Y yo confiaba plenamente en su talento. De hecho, sigo siendo su mayor fan.

Pero Sergio y yo también habíamos pasado nuestros baches. Durante un tiempo, él me juró y perjuró que sentía algo más que una simple amistad por mí. La verdad es que yo también sentía cosas por él, pero no estaba preparada para una relación. No quería atarme a nadie de esa manera. Él nunca lo entendió. Afortunadamente, encontró a otra chica. Al principio, fue difícil. No podía evitar que me doliera, pero yo lo había decidido así. El tiempo fue curando las heridas. Y volvimos a ser los mejores amigos del mundo. Nadie me da tanta confianza como Sergio. Nadie me conoce tanto como él.

- ¿Quién será?- me preguntó, ilusionado.

- ¡Los chicos de Morat!- exclamé- Su representante ha mandado un correo.

Morat era una banda colombiana formada por cuatro talentosos muchachos, que componían sus propias canciones de estilo balada pop y folk. A mí me encantaban, pero hasta el momento, nunca habíamos coincidido en ningún evento. También porque Sergio prefería los conciertos alternativos, que le recordaban a sus orígenes y que fueron los primeros que le aceptaron.

- ¿En serio? ¡Qué guay, tía!

- Les gustaría grabar contigo la canción de "Quisiera".

- ¿Están en España? Porque podríamos quedar un día para qué arreglos y cómo quedaría chula.

- Llegan hoy de su gira por Latinoamérica. Descansan unos días y estarán disponibles. ¿Te parece que mire la agenda para quedar?

- Obviamente, titi. ¿Seguro que han sido ellos los que se han puesto en contacto?

Para Sergio y todo el equipo era una oportunidad impresionante que una banda de la talla de Morat se hubiese fijado en nosotros. Pero es que Sergio era un artistazo y en el fondo, no me extrañaba, él valía eso y mucho más.

- A ver... ¡claro! Aunque si ahora les puedo sacar una entradita para alguno de sus conciertos, échame una mano.

- Cuenta con ello- rió.

Soñé un verano que se hiciera eterno...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora