~ Ruth ~
Recibí el mensaje de Villa y me sentí la peor persona del mundo. Tenía razón. No lo había hecho bien.
- ¿Quién te escribe que pones esa carita?- preguntó Bea.
Bea y Lucía eran dúo músical, de las que también era representante y amiga. Me hospedaba con ellas hasta que llegaran Sergio y la banda.
- Es Villamil. Uno de lo integrantes de Morat. Ayer estuve con él y no me despedí.
- ¿Y te escribe para reprocharte? ¡WooW! Ahí hay un interés de fondo. Acuérdate de lo que te digo.
- Qué va. Pero nos hemos hecho muy amigos.
Cuando me quedé a solas, saqué el móvil y escribí a Villa.
"Lo siento, Villa. No lo tenía pensando. Me entraron las prisas a última hora. He estado todo el día liada. Ayer pasé un día muy bonito en el estudio. Gracias y no vemos cuando estéis por aquí"- menudo whatsapp tan lleno de mentiras, menos lo del estudio, claro. No era mi estilo, pero era necesario.
En cuanto se lo envié, mi móvil empezó a vibrar. Me estaba llamando. No tenía escapatoria.
- Buenas noches, señor- le saludé como si no estuviera nerviosa.
- ¿Qué hubo, señorita? Oiga, era una broma mi whatsapp. Comprendo que tu trabajo tiene estas cosas.
- Fue todo muy rápido. Apenas avisé a Sergio y a los chicos. Me hubiese gustado estar hoy con vosotros de cañas. Cuidadme a mi Espetillo ¿eh?
- Sí, la estuvimos recordando, pero habrá otra ocasión. Y queda que vengan a nuestro concierto en Barcelona, no se olvide.
- Por supuesto. Será un sueño hecho realidad.
Hubo un silencio incómodo.
- ¿Y qué hacías?- pregunté por romper con aquel ambiente espeso, a pesar de la distancia.
- Escuchaba tu canción.
- ¿En serio? - me hice ilusiones
- No, no se la crea tanto.
- Qué feo eres- le solté, mientras él se reía con esa risa bajita.
- ¿Y usted qué? ¿En qué anda?
- Me iba a dormir. Estoy con unas amigas que también son músicas, pero todas estamos muy cansadas. Es tarde.
- Tiene razón. ¿Te ha molestado que llamara a estas horas?
- ¡Qué dices, Juanpi!- me reí.
- ¿Juanpi? Así me llamó cuando se emborrachó. ¿Seguro que está para acostarse y no de fiesta por ahí?
- No estaba borracha- me quejé.
- Claro que sí.
- Claro que no.- reivindiqué.
- Estaba tan borracha que no se acordaba de nada al día siguiente.
- Claro que me acuerdo- inventé.
- ¿Recuerda que me besó?
El corazón se me subió a la garganta.
- ¿Hice eso?
- No, claro que no. Pero ¿ves cómo no te acuerdas?
- ¿Sabes que me puedes recordar también cuando nos veamos? Que te pegue.
- No te enfades. Era una broma.- se reía de mí.
- Te odio.
- Aaah, no mienta.
- No miento- me puse de morros.
- Venga, dime algo sincero. Si yo sé que me has tomado cariño aunque nos conozcamos poquito. Como yo te lo he tomado a ti.
No sabía que decir a eso. Sí, era cierto que habíamos simpatizado, que teníamos buena conexión. Pero aparte no esperaba una declaración tan sincera a esas horas que me pillaba con las defensas bajas. Lo podía sentir sonreír más allá del teléfono.
- Vete a dormir. Creo que lo necesitas casi tanto como yo- me hice la dura.
- Eres infranqueable ¿no?
- Buenas noches.
- Buenas noches, Ruth.
- Villamil...- le llamé antes de que colgara... se había portado muy bien conmigo y yo no quería ser una borde después de todo... ya me sentía culpable por haberle engañado...
- A la orden.
- Que es verdad que te tengo cariño- no me contestó, esperé pero temí que se hubiera cortado con lo que había costado decirlo- ¿Villa? ¿Estás ahí?
- Sí... Eso ha sido muy lindo por su parte- dijo con esa voz suave- Le mando un beso de buenas noches.
- Hasta otro día, Juan Pablo.- dije, mientras imaginaba el tacto de sus labios sobre mi mejilla.