Durante el camino a la casa de seguridad de la familia Lan el humor de Xiao cambió por completo al sumirse en oscuros pensamientos sin que Yibo lo notara.
Xiao sabía perfectamente que esta no era la primera vez que Yibo se escabullía a la ciudad para competir clandestinamente. Desde el comienzo, cuando notó la mentira en los ojos del castaño al salir para dar supuestas rondas en el pueblo, Xiao imaginó que Yibo quería su propio espacio hasta que Wen Ning le envió un vídeo de la carrera en que había participado Yibo ganando el primer lugar. No le molestó verlo competir o siquiera el engaño.
Aquella noche, cuando Yibo regresó de su excursión, noto el brillo en los ojos del joven. Aquella noche Xiao le regaló una noche inolvidable recompensando a su amado por la victoria obtenida sin decirlo directamente. Estaba feliz de verlo feliz.
Un mes después la situación se repitió de nuevo. En esta ocasión fue Xiao quién le pidió a Wen Ning le mandara videos de la carrera y repitió su regalo para con Yibo cuando regresó victorioso. Xiao estaba contento. No le molestaba que le mintiera, porque era una inocente, como la de un niño travieso escondiendo los pedazos de cerámica rota bajo la alfombra después de haber jugado pelota dentro de la casa... hasta un mes atrás.
Las competencias comenzaron a ganar fama convocando a una pequeña multitud. El vídeo que le había mandado Wen Ning le había dejado un peso desagradable en la boca del estómago. Se decía a sí mismo que le comenzaba a alarmar el hecho de que varios de los presentes tomaban vídeos de la carrera para después subirlo a plataformas digitales con el peligro de exponer la verdadera identidad de Yibo en la red.
Pero muy en el fondo sabía perfectamente que la verdadera razón del desagrado asentado en su pecho era la forma en que varías asistentes a las carreras trataban insistentemente de llamar la atención de Yibo, quien afortunadamente, mantenía un contacto gélido para con las chicas. ¡Ah¡, pero qué desagradable era ver los intentos desvergonzados de algunas de ellas. Aquella noche Xiao se mostró distante para con el joven intentando encontrar una forma de evitar que volviera a marcharse.
Una semana antes, Xiao sacó el tema a colación de forma casual enfatizando los peligros y consecuencias que traería el hecho de ser descubiertos cuando deberían de estar ambos muertos y descomponiéndose bajo tierra. Para el resto de mundo yano existían y así deberían de permanecer. Yibo se mostró totalmente de acuerdo con él y Xiao sintió su alma aligerarse.
Al caer la tarde Yibo salió como de costumbre tomando su motocicleta para recorrer las orillas del pueblo donde vivían tranquilamente en medio de los bosques. Xiao no dudó en llamar a Wen Ning quien le había informado que en esta ocasión Yibo no había confirmado su participación. Aunque creía en la palabra de Wen Ning algo en su interior le decía que Yibo ya no estaba en el pueblo.
Sin dudarlo llamó a la persona que sabría cada movimiento de Yibo: Yizhuan. No fue difícil engañar al joven para que le contara todo. Yizhuan se dio cuenta muy tarde de que había caído en la trampa de Zhan traicionando a su amigo.
Pero ahora, sujetando fuertemente la cintura de Yibo mientras este maniobraba en medio del tráfico para visitar a sus familiares y amigos una idea lo estaba torturando dolorosamente. Durante estos dos años había llegado a conocer un poco más a la persona que rodeaban sus brazos. Había aprendido que Yibo tenía una personalidad inquieta a pesar de tener un carácter frío a primera vista. Era como un niño hiperactivo adicto a la adrenalina, practicando un sinfín de actividades y corriendo de un lado a otro, a diferencia de él mismo quien se acomodó fácilmente a una vida tranquila y hogareña.
Estaba consciente de las personalidades tan diferentes entre ellos que siempre las consideró como complementarias una de la otra, pero ahora ya no le parecía de esa manera. ¿Y si esta vida no era suficiente para Yibo?
Sabía perfectamente los sentimientos que Yibo le profesaba, no dudaba que lo amara, pero Yibo era joven. Al haberlo rescatado hacía dos años el castaño había renunciado a tanto futuro, era injusto exigirle que a tan corta edad se enterrara en la profundidad del bosque cuando tenía un espíritu tan fuerte e inquieto. Comenzó a pensar que un sacrificio así era demasiado para alguien como Yibo. Para que este pudiera permanecer a lado de Xiao renunció a toda una vida y esto parecía ya no ser justo. Xiao sabía que él mismo era una aberración, su poder como nigromante lo hacía ser temido por todo el mundo. Se sabía sin salvación o mejor alternativa que mantenerse oculto, pero Yibo no, su poder era asombroso y, hasta cierto punto, no representaba un peligro. Yibo no tenía que compartir su destino, no era algo justo y esta conclusión lo estaba destrozando por dentro, porque no podía imaginarse una vida sin el joven, pero tampoco podía ser tan egoísta como para mantenerlo escondido el resto de su vida a su lado.
Inconscientemente estrujo la cintura de Yibo como si fuera una de las ultimas veces que podría hacerlo y trago dolorosamente un gran nudo que se le había formado en la garganta.
Llegaron al claro frente a la gran casa, Xiao evitó la mirada de Yibo buscando su mano entrelazando sus dedos. Yibo le respondió con un tierno apretón que casi hizo salir las vergonzosas lagrimas que tanto estaba luchando por contener.
Al entrar fueron recibidos alegremente por todos. Cang Se abrazó a su hijo despeinando sus cabellos, aunque para hacerlo tuvo que pararse de puntitas pues este hijo suyo era bastante alto.
Una vez libre del fuerte abrazo de su madre abrazó a su persona favorita en todo el mundo: Yanli, su hermana que de inmediato notó que algo no andaba bien, pero no dijo nada.
Terminando los saludos desordenados y el gran bullicio donde todos hablaban a la vez Xiao se escabulló tomando la mano de Yanli arrastrándola a un pequeño balcón fuera de la sala.
- ¿Qué sucede, Xiao? - preguntó cariñosamente Yanli con una mirada llena de preocupación.
-Ayúdame a regresar a Yibo a la vida- contestó Xiao sin mirar a su hermana.
- ¿A qué te refieres, Xiao?
El aludido suspiró pesadamente y encaró a su hermana sin ocultar el sentimiento que lo estaba torturando y compartió con ella su gran temor. Yanli lo escuchó pacientemente comprendiendo exactamente lo que Xiao le decía. Sería una mentira decir que ella misma no había pensado lo mismo en algún momento mientras ideaba aquel magnifico plan que había liberado a su hermano dos años atrás, sólo que ese pensamiento no sólo se centraba en Yibo, sino en su hermano también.
Xiao era joven y brillante e inteligente, sin considerar lo bien parecido, si tan sólo se hubiera mantenido en secreto su habilidad su hermano podría estar disfrutando de un futuro prometedor. Era astuto para los negocios y su espíritu amable y alegre se desperdiciaba en los confines de un bosque. Para ella, Xiao quien era su persona más preciada con un gran corazón no merecía permanecer oculto el resto de su vida tan lejos de ella y de su madre.
Despedirse de su hermano y verlo contadas veces en estos dos años había sido muy doloroso. Xiao era su mejor amigo y una gran luz en su vida, siempre haciéndola reír o apoyándola cuando lo necesitaba. Incluso podía ver a Cheng extrañando al amigo de toda su vida. Ahora se encontraba iniciando una nueva etapa y quería tener a Xiao a su lado en todo momento sin temer por su seguridad.
Yanli abrazó a su hermano consolándolo dándole pequeños golpecitos en la espalda como cuando era pequeño.
-Haré todo lo posible- prometió Yanli. Pero esa promesa que hizo más a sí misma no incluía sólo a Yibo, ella haría todo lo posible por regresar a su hermano a su lado, donde pertenecía.
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No Imaginaba 2. PERMANECER
FanfictionDe pronto su corazón se congeló cuando dobló la primera curva de la última vuelta, apenas en un parpadeo vio su vida llegar a su fin. Una vocecilla molesta comenzó a gritar desde el fondo de su cabeza "!Dead man wallking!" varias veces y todo pareci...