No Imaginaba 2. PERMANECER

Exceso de confianza. Parte 2

Darren miraba a Zhan desde la puerta de la cocina. Aún luchaba con la atracción que el pelinegro incitaba en él, toda su persona le parecía fascinante, incluyendo el hecho de que fuera un nigromante que, contrario a lo que se creyera de estos y su relación con la muerte, podía traer a la vida y sanar cuerpos dañados. La atracción se hizo más intensa en su interior cuando Xiao Zhan confesó estar enamorado de otro hombre, lo que le había dado un relámpago de esperanza, sin embargo, lo único que lo detenía para evitar empotrarlo contra el refrigerador y saciarse de sus abultados labios y morder sin piedad aquel lunar bajo estos era el interés de su hermano por él.

Darren jamás se había sentido tan desesperado y perdido como cuando atestiguó el estado desquiciado de Jack por Zhan. Si bien había sido por el poder de Qin Su, aquello no quitaba el hecho de que su hermano mayor, su gran héroe de toda la vida, se había enamorado del pelinegro. Como hermano menor era su deber ayudar a Jack a conquistar a Zhan a toda costa. Si ese increíble y hermoso hombre era la felicidad de su hermano, sin dudar haría lo que fuera necesario para unirlos, a pesar de sacrificarse a sí mismo. Aunque también aceptaba que la atracción que sentía por el hermoso hombre se limitaba a algo físico.

-¿Realmente lo amas?- preguntó Darren de pronto haciendo a Zhan sobresaltarse en su lugar derramando un poco de frituras sobre la barra de la cocina.

-¿Qué?- preguntó confundido tratando de limpiar el desastre.

-Es un niño- explicó Darren acercándose a Zhan – y tu... – lo miró de arriba a bajo sin que este lo notara por tomar otro puñado de papas – Tu eres demasiado para un niño.

Zhan entonces se giró levantando una ceja incrédulo por lo que estaba escuchando. Jamás creyó que alguien hablara tan despectivamente sobre Yibo. – Te puedo asegurar que Yibo no es un niño- le dijo con tono acido y con mirada profunda dándole peso a sus palabras cargadas de orgullo y el sentido exacto a lo que se refería, sonriendo ante la mueca de desagrado de Darren cuando comprendió a lo que se refería.

-Alguien como tu merece algo más. Mucho más- Darren se acercó hasta quedar frente a Zhan mirándolo directamente a los ojos – Alguien con mayor experiencia- entonces apartó un mechó del flequillo de Zhan clavando la vista en el lunar relamiendo sus labios – Que sepa apreciar cada centímetro de tu existencia.

-¿Alguien como tu?- preguntó Zhan alejándose de aquel toque. Bien se había dado cuenta de que Darren era un desvergonzado con una personalidad sumamente coqueta, pero sin importar los intentos de seducir, para Zhan no significaban nada – Además, ¿qué te hace pensar que Yibo no aprecia cada parte de mi persona? – preguntó retadoramente. Irguiéndose completamente, adoptando aquella postura llena de seguridad se plantó frente a Darren quedando a un palmo de distancia de su rostro mirándolo directamente a los ojos – No deberías de subestimarlo sólo por su edad. Una vez yo mismo lo hice y desde entonces me ha demostrado, varias veces cada noche cuán equivocado estaba.

Darren tragó grueso y por instinto dio un paso atrás sintiendo las llamas que despedían los ojos de Zhan, como si fuera capaz de matarlo si otra palabra en contra del menor salía de sus labios – No pierdas tu tiempo coqueteando conmigo o cuestionando nuestra relación. Hemos pasado por tanto y somos capaces de todo por permanecer juntos.

Zhan salió de la cocina como si nada hubiera pasado con la bolsa de frituras en sus manos reuniéndose con Yibo en su habitación mientras este leía el informe sobre Zhuliu sentado en la cama. Cerró la puerta detrás de sí arrojando la bolsa de frituras sobre un buró mientras se desabotonaba la camisa. Quitó de las manos del menor aquel informe sentándose a horcajadas sobre él.

-¿Qué sucede, BaoBao? -preguntó Yibo mientras Zhan le besaba el cuello.

-Quiero que me tomes, BaoBei. – dijo Zhan antes de besarlo rudamente.