CAPITULO 20

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Después del incidente todos decidieron reponer energías y prepararse para los respectivos campeonatos y competencias que tuvieran por delante. Taehyung se puso al día con sus prácticas de esgrima y cursos de saxofón, Yoongi desapareció hasta nuevo aviso por sus exámes y los bailarines pasaron muchísimo más tiempo en el estudio.

Jimin y Baekhyun por otro lado habían sido citados por su entrenador. Cada uno se había descuidado para el torneo y quien estaba a cargo de ellos por supuesto que no estaba contento.

—Jimin entiendo que estés pasando por momentos difíciles en tu vida privada y que por eso sea difícil venir a la universidad, pero eres el capitán, el representante del equipo, y tienes una imagen que sostener frente a los demás- exclamó el entrenador con frustración. El rubio mantuvo sus labios pegados, aceptando el regaño— Este establecimiento es para formar a personas, para que sean representantes nacionales y si tus aspiraciones cambiaron o tus horizontes son otros entonces será mejor que pienses al respec...-

—Le aseguro que no. Llevo por muchos años en las artes marciales, señor, y no planeo dejarlas aún.

El entrenador asintió.

—Entonces te diré lo mismo que le dije a Byun. Mantén la cabeza enfocada hacia donde quieres ir, quedan dos semanas para que se decida al equipo nacional y si quieres ser parte de él será mejor que pongas empeño. Después de eso son libres. Hasta entonces los quiero entrenando el doble de tiempo que los demás.

Jimin cerró los ojos avecinando el dolor que tendría.

—¿Entendiste Park?

—S-si señor- contestó desganado. El entrenador afiló sus ojos por la actitud y Jimin inhaló hondo para contestar de nuevo— ¡Si señor!

—Así me gusta- el hombre de edad tomó sus cosas para ir a casa. Antes de salir de la sala de entrenamiento volteó a ver al chico al que tanto cariño le tenía— Jimin... no sería tan estricto contigo si no te tuviese fe, pero lamentablemente tienes mis expectativas demasiado altas. El Jimin del que tanto me hablaron era un chico feroz que nunca se dejaba intimidar y que entrenaba hasta que sus músculos no pudiesen más. Muéstramelo ¿si?- sonrió por unos segundos y se fue dejando al rubio solo.

Tener que poner tanto esfuerzo mental para mantener el físico era algo simplemente agotador. Y Jimin era más que consciente al respecto.

El Jimin del que hablaba su entrenador era un chico inocente, que jamás había tenido novio, un chico que nunca probó el sabor de la mentira ni el engaño. Ese ya no existía.

Tenia bastante mierda encima como para serlo.

¿Qué es lo que estaba haciendo?

Su sueño era estar en las nacionales, que todos supieran su nombre. ¿Por qué no estaba poniendo de su parte para lograrlo?

Se levantó con decisión hacia los vestidores, se colocó su traje, vendó sus manos y pies y partió a la colchoneta. Debía tomar en serio las cosas si planeaba quedarse en Seúl para hacer lo que realmente le gustaba y quedarse sentado sin hacer nada no era parte de él.

Golpeó el saco de boxeo incontables veces de diversas maneras, todas las que conocía, con una fuerza que no sabía que tenía. Sacó a flote los recuerdos de todo y se mantuvo en un trance de golpe tras golpe, reviviendo la paliza que recibió años atrás. Porque si, la recordaba a la perfección al igual que el modo en que su ex peleaba y si había aprendido a defenderse de él o no era algo que comprobaría en la competencia. Recordó la intermitencia de su esfuerzo a lo largo de los años y el por qué de ello.

No ser un objetivo fácil.

Repitió ejercicios hasta el cansancio y ejercitó su cuerpo en sets de abdominales y sentadillas con peso para fortalecerse, aunque a pesar de todo esfuerzo, la sensación de satisfacción aun no llegaba. Definitivamente se había descuidado.

Déjame Tenerte Otra Vez [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora