Capítulo 19

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— ¡Nos atacan! ¡A cubierto! — chilló Nadando, y todos acataron su orden, corriendo a esconderse.

— ¡Coged todo tipo de armas y explosivos! ¡Y no os olvidéis de la munición tampoco! — ordenó también el calavera.

Pogo salió corriendo hacia la armería, y cogió una pistola de calibre 50. Horacio no tardó en ir detrás de él para evitar perderlo de vista. En medio de la huida, Pogo recibió un disparo en el hombro.

¡Agh...! — llevó su mano hasta la herida aún sin detenerse, corriendo más rápido incluso hasta desaparecer de la vista de todos menos Horacio.

— ¡¡No le disparéis!! ¡A él no! — saltó en su defensa Conway, entrando en escena pegando tiros a los miembros de la mafia que pillaba.

Pogo y Horacio se ocultaron detrás de unas cajas, dentro de una caseta que había cerca del puerto.

— ¡Son del CNI, no mames...! — informó Emilio por radio.

— No joda', tío... Gustabo, que no te encuentren. ¡Huye! Vamo' a intenta' entretenerlo' todo lo que podamo'. Tú me has salvado la vida, te lo debo — sentenció Manolo.

— Joder... — maldijo Pogo por lo bajo, y desenfundó el arma mientras no quitaba la vista de encima a la puerta.

Horacio miró con preocupación la herida que tenía.

Escuchaban todo el caos, los disparos y explosiones. Horacio activó la radio, para poder saber cómo avanzaba la situación. Los de la mafia fueron cayendo uno por uno, mientras que los del CNI se mantenían fuertes en pie resistiendo, sin tener ni una sola baja.

Horacio, ¿me copias? — preguntó Conway por radio.

— Sí — respondió, llamando la atención de Pogo cuando lo escuchó hablar "solo" repentinamente.

¿Dónde está Pogo? ¿Estás con él, verdad?

— Sí, está aquí conmigo. En la pequeña caseta esta cerca del puerto — no se atrevía a mirar a Pogo, estaba seguro de que ahora mismo le estaría mirando con un semblante de confusión total.

¿Qué...? — habló Pogo, descolocado — ¿Con quién hablas? — se negaba a creer que había caído en una trampa.

Justamente la puerta se abrió, y entró Volkov, el cual apuntó a Pogo nada más realizó dicha acción. Sacó una pistola y se la tiró a Horacio, para que la cogiera y le apuntara; Y así lo hizo.

— Con Conway — contestó Volkov a Pogo, pues había escuchado la pregunta que le formuló a su compañero antes de entrar.

¿En serio me vas a atrapar así, como una rata a traición? – insultó con rabia, mirándolo con desprecio.

– ... – Horacio no respondió, solo se mantuvo apuntándole.

– ¿Vas a venderme así después de todo lo que te he contado, confiando en ti? ¿Vender a tu hermano? – usó un tono de incredulidad – Tu hermano pidiéndole a la mafia que no te hicieran nada, y luego vas tú y haces esto, ¿de verdad? No me esperaba eso de ti... No tendría que haberme fiado, parece mentira que después de todo lo que habéis pasado juntos todos estos años... Le vendes por una mierda de placa, de chapa. Ya sabía yo que la sociedad era egoísta, pero... ¿tanto?

Pogo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora