Capítulo 9

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— Los dos de la tienda están abatidos. ¿Cómo vais vosotros con el tirador? — habló Horacio por radio mientras se ocultaba detrás de una estantería recargando el arma.

— A chuparla, cerdos — insultó Gustabo con algo de dificultad mirando a los atracadores inconscientes en el suelo.

— Buen trabajo, subinspectores Fred y Dan — felicitó el comisario Greco, uno de los policías que estaban participando en el código 3 — El tirador está a punto de caer también. No tengo chaleco y estoy muy vulnerable, solicito ayuda por aquí. ¿Alguien puede venir por mi lado?

— 10-4, comisario. Intentaré llegar hasta usted – contestó otro oficial.

Horacio giró su cabeza hacia la derecha, y consiguió ver a Gustabo apoyado en otra estantería mientras se sostenía el brazo, el cual sangraba por una herida de bala de parte de uno de los atracadores. Desactivó la radio — Gustabo, toma. Ponte una venda — sacó una de sus bolsillos y se la lanzó, pudiendo ser atrapada por este.

— Mierda. Acaban de abatir a Greco — informó por radio el oficial, el último que quedaba en pie — No tengo ángulo de disparo aquí.

Horacio se asomó y apuntó hacia el tejado de en frente, comprobando si él tenía ángulo. Esperó pacientemente a que el tirador saliera para dispararle.

— Yo sí tengo — disparó varias veces cuando vió algo moverse, hasta que se quedó sin munición y tiró la pistola maldiciendo por lo bajo.

Observó a Gustabo un momento, comprobando su estado. Este estaba jadeando, con su mano temblorosa presionando la herida. Se percató de que Horacio le estaba mirando, así que levantó la cabeza y la giró en su dirección. Se miraron a los ojos por un microsegundo, comunicándose a través de la mirada. Gustabo comprendió lo que iba a decirle, y sin perder más tiempo le lanzó su pistola tras cargarla.

Una vez la tuvo en sus manos, volvió a asomarse y disparó sin detenerse, logrando darle varias veces hasta finalmente dejarlo tieso en el suelo.

— Ya está, tirador fuera. Llama a varios EMS, hasta que lleguen iremos requisando todo y comprobando sus DNI — guardó el arma de Gustabo en su funda y se levantó girándose hacia su derecha para celebrar junto con él el éxito, pero se lo encontró medio inconsciente en el suelo.

Se acercó hasta él y antes de cogerlo, quiso informar por radio — Gustabo está abatido, eh — justo entonces se dió cuenta de que sin querer dijo su nombre real, sudó frío y rápidamente trató de rectificar su error — ¡Fred...! ¡Dan...! — de los nervios que tenía encima, ya no sabía ni lo que decía, no se acordaba del nombre de su tapadera.

— ¿Está abatido? Sácalo aquí fuera, entonces. Ya he llamado a los EMS y están por llegar — al parecer, el oficial no prestó atención a lo del nombre.

— 10-4 — apagó la radio con algo de inseguridad pero también alivio ya que notó que no le dió importancia o ni se enteró.

Cogió con cuidado el cuerpo de su amigo y lo sacó de ahí, dejándolo en la acera de la calle a la disposición de los paramédicos. Mientras tanto, él y su compañero cachearon a los atracadores.

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