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¿Quién fue capaz de hacer esto?

El camino rocoso color grisáceo ahora había sido, en toda su extensión, pintado de sangre y decorado con múltiples cadáveres en variadas posiciones, mujeres, hombres, niños, niñas, jóvenes y doncellas, cualquiera que fuera humano fue asesinado sin piedad, sus cuerpos tirados en la calle para recibir a los visitantes en la ciudad.

Xue Yang sintió como la comida que Xiao Xingchen había preparado subía por su garganta, se obligó a mantenerlo dentro y con un mal presentimiento recorrerle el cuerpo siguió caminando.

El sonido de una espada rompiendo el viento llamó su atención, un mal presentimiento lo invadió, dentro suyo algo le decía que al avanzar solo encontraría algo que para lo que no estaba preparado.

Mordiendo su labio inferior siguió el sonido de la espada hasta la siguiente esquina, se escondió entre el montón de árboles que se agrupaban en la punta, él no podía ser visto pero él si podía ver.

Su corazón se rompió ante la escena frente suyo.

Song Lan mantenía a Fuxue en su mano, gracias al color de la túnica era imposible ver las manchas de fluidos sobre ella, a diferencia de la piel visible donde las salpicaduras de sangre vieja y nueva se juntaban, así es como debía verse Song Lan cuando se deshacía de los cadáveres, sin embargo frente suyo no había un cadáver feroz, mucho menos una marioneta, se trataba de un humano vivo, era un transeúte, se veía débil, sus manos estaban juntas pidiendo piedad mientras su boca intentaba pronunciar palabras las cuales solo parecían gruñidos.

Song Lan movió su mano y los gruñidos se acallaron, Xue Yang siguió la línea del brazo, encontró la hoja de Fuxue fusionarse con la piel de la garganta de ese transeúte, la hoja atravesó a la persona asesinándola por completo.

Imposible.

«¡Imposible! Song-Gege es incapaz de apuñalar a una persona inocente, ese no debe ser Song-Gege, no lo es.»

Esos eran los pensamientos de Xue Yang ante la escena.

Se negaba a creerlo.

Se negaba a creer que el hombre que lo defendió cuando robo y le permitió estar con él podía asesinar alguna persona. Se negaba a creer que esa persona fría pero amable, justa e inocente a la que él admira, la persona por quien siente algo es diferente a la imagen que le fue enseñada.

En medio del revoltijo de ideas y sentimientos en su interior algo por fin lo calmó, logró comprender lo que sucedía.

Risa.

Una risa llegó a sus oídos, desde que llegó su atención solo se mantuvo en Song Lan, pero al fin había notado a la figura de blanco unos pasos alejados del hombre vestido de negro, ahora entendía.

Song Lan nunca mataría a una persona, a menos que fuera manipulado para hacerlo.

Xue Yang siempre ha tenido una mente eficaz para unir hilos, Xiao Xingchen pidió ir a la cacería con Song Lan, aprovechándose de su ceguera hizo algo para que todas las personas no pudieran hablar y fueran confundidas por cadáveres, para que después Song Lan los matara sin sospechar que eran humanos.

—Te odio tanto —murmuro Xue Yang mientras observaba a Xiao Xingchen.

—¿Estas bien? —preguntó Song Lan a su compañero.

—Si, es afortunado que tu espada pueda detectar la energía maligna, si no fuera por eso salir en una pieza sería imposible —dijo Xiao Xingchen actuando con inocencia.

—Andando, demos un vistazo al pueblo, haber si encontramos una persona viva —mencionó Song Lan. —Después quemaremos los cadáveres.

Ambos adultos se alejaron, Xue Yang recuperó fuerzas en su cuerpo y avanzó escondido, logró llegar a los cadáveres en el suelo.