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Xue Yang no pudo moverse.

Él, ni nadie más.

El cuerpo de la pequeña A-Qing solo se sostenía por Fuxue, si la espada fuera retirada ella caería ya que sus huesos no soportaría su peso.

Xiao Xingchen parpadeo confundido, elevó su mirada encontrado a un hombre vestido de negro, sus ojos cubiertos por una venda blanca, Song Lan había aparecido sin aviso previo.

—¿Qué haces aquí? —pregunto Xiao Xingchen.

—Fuxue se activo —inició Song Lan. —Y me preocupe.

—¿Estas preocupado de que un cadáver lastimara a las personas? —cuestionó Xiao Xingchen.

—Me preocupe por la gente de aquí, sin embargo mi preocupación por ellos fue mínima comparado por mi preocupación por A-Yang y por ti —confesó Song Lan. —Olvidaste tu espada... Creo.

Xiao Xingchen de inmediato escondió a Shuanghua entre sus ropas, sonrió poniéndose una máscara de inocencia.

—Volvamos a casa —dijo Xiao Xingchen.

—¿Compraste lo que faltaba? —interrogó Song Lan.

—No pero no es tan importante —respondió Xiao Xingchen.

Song Lan asintió, devolvió a Fuxue a su vaina, espero a que el otro se acercara a a su lado para empezar a caminar. Xiao Xingchen llegó a su lado, tomó la mano contraria y empezaron a caminar.

Xiao Xingchen dio cinco pasos antes de mirar sobre su hombro y sonreír con satisfacción ante la imagen del cuerpo de A-Qing tirado en el piso, luego regreso al mirar al frente.

Xue Yang espero que ambos adultos estuvieran lo suficientemente lejos para salir de su escondite, sus piernas temblaron con cada paso que dio, sus manos cubrían su boca mientras observaba a la chica en el suelo, se arrodilló cerca de ella, lágrimas escaparon de sus ojos.

—Lo siento, en verdad lo siento, espero que puedas entender mis razones por las que no abandone mi escondite —dijo Xue Yang con dificultad. —Prometo que salvaré a Song-Gege de las garras de esa bestia, aunque muera haré todo lo posible para que Xiao Xingchen tenga una peor muerte que la tuya y la posibilidad de reencarnar sea imposible.

La visión de Jin Ling se llenaron de negro por algunos minutos, luego la fachada de la casa de ataúd apareció frente a sus ojos, al parecer Xue Yang había olvidado sus acciones de ida desde el lugar donde A-Qing murió hasta la casa de ataúd.

—Ya puedes abrir los ojos —informó Jin Ling a Lan JingYi, tan pronto como le dijeron el Lan abrió los ojos.

—¿Fue feo? —preguntó Lan JingYi.

—Algo —respondió Jin Ling.

Se quedaron en silencio y después siguieron observando los recuerdos de Xue Yang.

Xue Yang había llegado a la casa de ataúd sin comprender como. El cielo se había oscurecido con su paso, dio un suspiro y limpió las lagrimas que se deslizaban por sus mejillas antes de adentrarse en esa casa.

Sus ojos captaron a Xiao Xingchen con una rodaja de manzana recién cortada, una de sus manos mantenía un pequeño cuchillo con el cual daba forma de  cabeza de conejo a la rodaja, una sonrisa cálida se mantenía en sus labios, cualquiera que lo viera pensaría que es un joven risueño disfrutando de cosas tan sencillas como cortar una rodaja de manzana. 

Al escuchar los pasos de alguien adentrándose a la casa, Xiao Xingchen dejo de concentrarse en la manzana con forma de cabeza de conejo y miro a Xue Yang, su rostro mostro preocupación cuando vio los ojos hinchados del más joven. 

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