¿NUESTRA HERMANA?

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Me di la vuelta y vi a Damon, no pude contener las lágrimas, el reencuentro que tanto había suplicado entre sollozos por las noches estaba ocurriendo. Me di cuenta de que sus intenciones no eran buenas al ver a Klaus cogiéndole del cuello con el rostro enfurecido.

t/n: Klaus, suéltale. -dije tranquila-

Klaus: Quería partirte el cuello.

t/n: Lo se, suéltale.

Hizo lo que le pedí y cuando Damon se incorporó se puso frente a Elena para que no le hiciésemos nada. Klaus se puso justo a mi lado, quería rodearme con el brazo pero sabía que no era un buen momento para hacerlo pese a que estaba llorando.

Damon: ¿Quien sois? -estaba enfadado por no conseguir partirme el cuello-

t/n: ¿No te acuerdas de mí? -aún lloraba desconsoladamente, me dolía que no me recordase-

Damon: ¿Debería hacerlo?

t/n: Es un golpe bajo que tu propio hermano no te recuerde ¿no crees? -solté con sarcasmo-

Damon: ¿Tu... tu hermano? Mi hermana murió a manos de mi padre.

t/n: Si, eso creía yo también de vosotros.

Damon: ¡NO TIENE NINGUNA GRACIA! -gritó enfurecido-

t/n: Porque no es una broma Damon ¿Cómo puedes no recordarme? A tu princesa, tu ojito derecho, tu siempre me ayudabas a vengarme de Stefan. ¿Recuerdas cuando me quito mi muñeca preferida y te colaste en su habitación? Le quitaste su traje preferido y me devolviste la muñeca. -solté una pequeña risa-

De repente alguien apareció, era Stefan.

Elena: Stefan... -le corte de inmediato-

t/n: Stefan. -dije sonriéndole-

Stefan: ¿Cuál era el plan Damon? -ni siquiera se molestó en mirarme-

t/n: Stefan por favor, dime que tu me recuerdas.

Stefan: ¿Quién eres?

t/n: Ninguno os acordáis de mi. -afirme con un gran nudo en la garganta. No me puedo creer que ninguno de los dos recordéis a vuestra pequeña hermana.

Damon se fue enfadado dentro del Grill a beber, sabía que una parte de él me creía, pero no estaba preparado para creerme.

Stefan: ¿Nues... Nuestra hermana?

t/n: Dime que recuerdas a tu hermanita, a la que siempre protegerías, tu siempre estabas conmigo. Recuerdo cuando Damon se fue al ejército, lo pase realmente mal pero tú siempre estabas allí para animarme.

Stefan: No me puedo creer que estés aquí.

Las lágrimas empezaron a caer por su rostro, me abrazó mientras me elevaba en el aire. Yo seguía llorando, pero al ver que me reconocía, mis lágrimas pasaron a ser de alegría y emoción. Me alegraba saber que por lo menos Stefan me recordaba, sabía que con Damon sería mas difícil, siempre a sido muy cabezota y le ha costado reconocer las cosas, sobredoro cuando eran recuerdos dolorosos.

Minutos después me volvió a dejar en el suelo, dejamos de llorar pero aún así nos costaba no mirarnos. Sentí que nada había pasado y era una sensación agradable, pero el dolor de que Damon no me reconociese aun no había desaparecido.

LA OTRA SALVATOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora