¿SOLO ESO?

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Nos quedamos mirándonos durante un minuto, ambos estábamos en silencio, supongo que ninguno sabíamos que decir. Fue el minuto mas largo de mi vida, era algo incómodo pero a la vez me sentía como si no pudiese pasarme nada malo. Cogí el suficiente valor y la suficiente fuerza para poder hablar con él.

t/n: Yo también te quiero Kol. Te quiero desde que entraste con tu sarcasmo y le plantaste cara a Klaus

Kol: A demás estoy como un tren. -dijo para después reírse-

t/n: Te odio. -solté al recordar aquél momento-

Kol: No es cierto, y ahora no me lo vas a poder negar.

t/n: Eres idiota.

Kol: El idiota al que quieres.

t/n: El idiota al que quiero. -repetí con una sonrisa-

Kol volvió a besarme, esta vez era distinto, mas intenso. Me tumbé en su cama mientras él ponía el pestillo, después se tumbo encima mío y seguimos besándonos. Me quitó la camiseta y yo le quité la suya, de esa manera pasó a besarme en el cuello y bajó hasta el abdomen. Se quitó el pantalón y yo me quité el mío, siguió besándome hasta llegar a los labios. Me desabrochó el sujetador y lo lanzó al suelo, entonces nos quitamos la ropa interior y comenzamos a hacerlo.

A la mañana siguiente me desperté abrazada a Kol, él seguía durmiendo así que le miré sonriente hasta que segundos después se despertó.

Kol: Buenos días preciosa.

t/n: Buenos días guapo.

Kol: ¿Vas a quedarte aquí para que todos nos vean?

t/n: ¿Tan malo sería?

Kol: Lo digo por ti, seguro que quieres hablar con mis hermanos primero.

t/n: Sinceramente si, hablaré con Elijah esta tarde si tengo ocasión, y con Bekah esta noche.

Kol: ¿Qué les vas a decir? -preguntó curioso-

t/n: Qué nos hemos acostado.

Kol: ¿Solo eso?

t/n: ¿Qué mas quieres que les diga?

Kol: Que te has enamorado de mi, que te has dado cuenta de que soy el amor de tu vida y que tendrías hijos conmigo si pudieses. -dijo sarcástico-

t/n: No te emociones tampoco. -me reí-

Él seguía en la cama, yo ya había terminado de vestirme y en cuanto escuchó lo que dije me cogió por la cintura haciendo que cayese sobre él.

Kol: ¿Me vas a decir que es mentira? -preguntó desafínate-

t/n: Tal vez lo sea. -respondí de la misma manera-

Kol: No puedes engañarme.

t/n: ¿Estas seguro?

Nos besamos y salí de allí lo mas disimulada posible, fui a mi habitación a cambiarme y después bajé a desayunar, los cuatro estaban en la cocina desayunando. Al verme, Elijah y Bekah se miraron sonrientes pero no le di importancia.

t/n: Buenos días.

Elijah: Buenos días pequeña.

Rebekah: Buenos días.

Kol: Buenos días preciosa.

Klaus: Buenos días amor.

Vi como Kol le dirigía una mirada asesina a Klaus, por suerte fui la única que se dio cuenta. Me serví un café y me senté junto a ellos.

LA OTRA SALVATOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora