MYSTIC FALLS

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t/n: ¿Dónde? -dije alterada-

__: En Mystic Falls.

Fuese quien fuese la persona que había al otro lado del teléfono colgó. Me quedé impactada, dejando a un Elijah muy preocupado.

No podía ser, Mystic Falls no. Había nacido y crecido allí, tanto yo como mis hermanos morimos en ese mismo pueblo. Después de tantos años no podía volver, pero ¿Por qué había vuelto allí Katherine?

Cuando por fin conseguí salir de mis pensamientos vi a Elijah muy asustado, a la vez que preocupado.

Elijah: ¿Quién era pequeña?

t/n: Han visto a Katherine... En Mystic Falls.

Elijah abrió los ojos como platos, ahora entendía porque estaba así. Volvimos a casa, me arropó en el sofá con una manta y le dijo a Rebekah que me preparase un té.

Elijah: No te preocupes, sabes que estamos aquí contigo. -dijo empático-

t/n: ¿Cómo voy a volver? -las lágrimas empezaron a caer por mi rostro-

Elijah: No tienes porque hacerlo.

t/n: Katherine esta allí, necesito respuestas Elijah.

Rebekah: Eres fuerte t/n. -dijo haciendo acto de presencia y dándome el té- ¿Por qué no te enfrentas a ello?

t/n: ¿Qué propones? -me reí algo forzado-

Rebekah: Podríamos mudarnos allí.

t/n: ¿Qué? No. -me sequé las lagrimas-

Klaus: A mi me parece buena idea, a demás, tengo una cuenta pendiente con Katherine. -dijo apareciendo-

t/n: No vamos a mudarnos a Mystic Falls. -afirmé seria-

Elijah: Yo no lo veo una mala idea, debes superarlo t/n.

t/n: No puedo, me niego.

Klaus: Venga amor, vas con nosotros.

Rebekah: t/n, es difícil pero debes hacerlo.

t/n: ¿Y si luego estoy mal?

Elijah: Volveremos aquí.

t/n: ¿Me das tu palabra?

Elijah: Te doy mi palabra.

Sabía que si Elijah me daba su palabra podía estar algo mas tranquila, aunque la idea aún me asustaba, sabía que volveríamos en cuanto quisiésemos, por lo menos Elijah y yo.

t/n: Está bien, nos mudamos a Mystic Falls.

Todos subimos para preparar las maletas, llevaba muchos años viviendo en esa casa, por lo que me daba pena tener que decirle adiós. La mañana siguiente nos dirigíamos a Mystic Falls, al llegar al pueblo volví a llorar, Rebekah hizo que me apoyase sobre ella haciendo que dejase de mirar por la ventana.

Llegamos a la casa que había comprado Elijah, me dijo dónde estaba la que sería mi nueva habitación y subí corriendo. Tenía un armario bastante grande, una cama de matrimonio con dosel, un par de estanterías y un escritorio algo pequeño.

Coloqué todo y me senté en la cama, ya había dejado de llorar y de pronto alguien picó a la puerta.

Elijah: ¿Se puede?

t/n: Si, pasa.

Elijah: ¿Vas a ir hoy? -dijo abriendo la puerta-

t/n: ¿Crees que es una buena idea?

Elijah: Llevas demasiado tiempo esperando esto, ves a buscarla pequeña.

t/n: No se si estoy preparada Elijah. -estaba algo asustada-

Elijah: Siempre lo estás, no dejes que el miedo gane. Si quieres puedo acompañarte.

t/n: Gracias, pero debo hacerlo sola. -dije algo mas animada-

LA OTRA SALVATOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora