LA OTRA SALVATORE

PELOTAS...

Al despertarme, vi que estaban los tres en la mesa desayunando.

Klaus: Buenos días amor.

Kol: Buenos días encanto.

Elijah: Buenos días pequeña.

t/n: Dejad de hacerme la pelota, estoy enfadada con los tres, sois unos idiotas.

Kol: ¿No decías que se le iba a pasar? -le preguntó susurrando a Elijah-

Elijah: Pensé que lo haría.

Klaus: ¿Por qué esta enfadada con vosotros?

t/n: Soy un vampiro, y estamos en la misma habitación. No susurréis, es inútil.

Elijah: Sabes que yo no he hecho nada.

t/n: La idea fue tuya ¿recuerdas?

Kol: Es cierto, la idea fue suya yo solo le apoyo, no te enfades conmigo.

t/n: Adiós chicos. -dije saliendo de allí con un café-

Rebekah: Buenos días preciosa. -dijo al verme-

t/n: Hola.

Rebekah: ¿Qué te pasa?

t/n: Ves a desayunar, después te cuento.

Rebekah bajó, rato después apareció en mi habitación con el desayuno en la mano, se sentó en mi cama y me volvió a preguntar.

t/n: Klaus ayer me cogió del cuello, me acusó de haberles contado todo a mis hermanos. Ya sabes que es todo, y la sabes quién fue.

Rebekah: ¿Qué Klaus hizo que? -dijo furiosa-

t/n: Y eso no es todo, Kol se a unido a Elijah, tu plan se ha ido a la mierda guapa.

Rebekah: Pues que bien. -se sentía algo decepcionada, pero a la vez estaba enfadada-

t/n: Esta tarde salimos y te lo cuento todo a detalle, y de paso, pensamos en un nuevo plan.

Rebekah: Y después a casa de tus hermanos.

t/n: Casi se me olvida, ¿Damon o Stefan? -le sonreí con picardía-

Rebekah: Damon, y quita esa cara.

t/n: No puedo, ¿te gusta Damon?

Rebekah: No me puede gustar alguien que no conozco. -dijo imitándome-

t/n: Tienes razón, pero esta cañón.

Rebekah: Lo está, y si no te importa... -le interrumpí-

t/n: ¡No lo digas, no lo digas, no lo digas! -dije tapándome los odios- No me importa, pero no lo digas en voz alta o me lo voy a imaginar.

Rebekah: ¿Enserio no te importa?

t/n: ¿Te importaría a ti? -dije con picardía-

Rebekah: La verdad es que no, pero sería de tener mal gusto.

t/n: Si tu lo dices...