CASI ME MATAN POR TU CULPA

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Nos fuimos a dormir, entré a la que había sido durante mis primeros 17 años mi habitación. Estaba tal y como la recordaba, eso me puso algo nostálgica pero se me pasó en cuanto Rebekah y yo comenzamos a hablar. Nos quedamos dormidas en poco mas de media hora.

A la mañana siguiente nos despertamos y salimos a desayunar, por sorpresa para ambas, Elena también se había quedado a dormir.

t/n: La odio. -le susurré a Bekah mirando a Elena con furia-

Rebekah: Yo también. -dijo mirándola de la misma manera-

t/n: Eso es nuevo. -la miré sonriente-

Rebekah: Es la típica niña inofensiva a la que todos cuidan con su vida.

t/n: ¿Verdad que si?

Los tres nos saludaron haciendo que volviésemos a la realidad. Nos pusimos a desayunar, al acabar alguien llamó a la puerta, Stefan fue a abrir y junto a él entró una chica de melena rubia, algo blanca de piel.

Stefan: Ella es Caroline. -nos dijo a Rebekah y a mi-

t/n: ¿Caroline? -dije frunciendo el ceño-

Caroline: Encantada. -nos dirigía una enorme sonrisa-

Recordaba el nombre de la chica, Caroline, la chica por la que casi me mata Klaus. Me acerqué a ella lentamente, la chica sabía que yo era un vampiro pero no me temía, por lo que supuse que debía ser lo mismo que yo.

t/n: Sabes, casi me matan por tu culpa, me cogieron del cuello y me apretaron hasta quedarme sin respiración.

Damon y Stefan: ¿Quién hizo eso? -preguntaron entre preocupados y enfadados-

Caroline: No entiendo nada. -me miraba extraño pero seguía sonriendo-

La cogí del cuello y le apreté, tal y como Klaus me había apretado a mi la noche anterior. Se dibujó en mi una sonrisa malvada mientras Rebekah me miraba sonriente y con algo de orgullo.

Stefan: ¡T/N, PARA! -gritó con enfado-

t/n: ¿Por qué debería hacerlo?

Elena: ¡Porque es mi amiga!

t/n: Como si eso me importase.

Caroline intentaba soltarse y cogerme también del cuello pero no pudo, yo era mas fuerte que ella. Damon vino hacia mi con la intención de separarme de Caroline, pero antes de que pudiese, Rebekah se puso de inmediato frente a él, impidiéndole el paso.

LA OTRA SALVATOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora