LA OTRA SALVATORE

ERA TU MADRE

Damon: Te he echado mucho de menos princesa.

t/n: Yo no he echado de menos que me revuelvas el pelo. -dije volviendo a colocármelo bien mientras me reía- Pero también os he echado muchísimo de menos.

Los tres dejamos de llorar.

Elena: ¿Cenamos? -dijo intentando ser amable, aunque como siempre tan oportuna-

t/n: Claro.

Fue una cena bastante agradable, la comida estaba deliciosa. Ya no me sentía extraña ni confusa, todo volvía a ser como antes. Rebekah se integró bastante bien, era Rebekah, no me esperaba otra cosa con lo sociable que era.

t/n: Tenemos que irnos ya, es muy tarde.

Damon: ¿Por qué no te quedas a dormir? -dijo con una sonrisa tierna-

t/n: Damon no puedo, por ahora vivo con ella y sus hermanos.

Stefan: Ven mañana, solo es una noche, y puede venir ella si quieres. -dijo haciendo referencia a Rebekah-

Miré a Bekah para saber que le parecía, ella solo asintió con la cabeza, dándome a entender que le parecía una buena idea.

t/n: Está bien, pero mañana no podemos.

Stefan: Ven cuando quieras enana. -me sonrió con ternura-

Les sonreí y me despedí de ellos dándoles un fuerte y largo abrazo a ambos, y Bekah y yo salimos de allí.

Rebekah: Oye, siento lo de tu madre, tuvo que ser muy duro. Y más para una cría de ocho años. -dijo con el máximo tacto que pudo-

t/n: Eso pasó hace mucho tiempo. -intentaba fingir indiferencia-

Rebekah: Eso no significa que no duela, era tu madre.

Me quedé callada, no me gustaba hablar de mi madre, era uno de los temas que solía evitar a toda costa. Llegamos a casa en un instante, Elijah nos esperaba para saber como ha ido.

Rebekah: Ha ido genial.

t/n: ¡Damon me a reconocido! -dije entusiasmada-

Elijah: ¡Me alegro mucho pequeña!

t/n: Me han invitado ha dormir.

Elijah: ¿Has venido a por ropa?

t/n: No voy esta noche, aún no se cuando iré.

Minutos después subí a mi habitación, me metí en la cama y me dormí en un instante.