Muchas veces la vida no es como la queremos, y las cosas nos salen un poco torcidas. No nacemos donde queríamos nacer o no somos lo que queremos ser. El miedo nos gana y huimos sin dar la cara perdiendo la oportunidad de ser felices. Abandonamos todo cuando con una palabra solamente nos llevaría a esa deseada felicidad. Eso le pasó a la protagonista de esta historia la cual había conocido la felicidad pero la dejó ir y cuando se dejó cuenta ya era demasiado tarde. Debo admitir q esta historia Flozmín se me fue ocurriendo mientras oía una canción de ese gran Melendi, llamada Mi código postal y poco a poco me fui creando esta historia que me pareció bonita y por eso hoy quiero compartirla con vosotros.
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