- ¿Quién eres para hablarme así? - lo veo mirarme fijamente, más no me intimida, jamás lo ha hecho en realidad. - Nadie...No soy nadie - sonrió, veo su rostro contraerse confundido. - Solo soy esa mujer a la que deseas cada noche...Esa mujer a la que deseas hacer tuya...Esa soy yo...Nadie - veo pasar por sus ojos un altismo de lujuria, pero así como llega se va. - ¿Tan bella te crees? - sonríe socarronamente. - Solo eres una mujer más...Solo busco una noche, no te creas importante - muerdo mi labio inferior, queriendo provocarlo. - No soy importante, tú lo has dicho no soy Nadie...Pero aún así, me quieras para una noche o no...- me acerco a el, hasta estar a centímetros de sus labios. Veo como sus pupilas se dilatan al ver como paso mi lengua por mis labios, humedeciéndolos... - Aún no me consigues...aún no puedes tocar mi piel, mi cuerpo y eso es un martirio para ti, ver como otros tienen el placer de tocarme y tú ni una caricia has logrado sacarme, eso es lo que te da rabia - sin decir nada más, salgo de ahí con una sonrisa de victoria plasmada en mi rostro..