Chispitas y yo no intercambiamos palabras durante el camino a mi casa a menos que fuese sobre la dirección. La mayor parte le observé mucho más de lo que habría deseado admitir. Estaba serio como siempre, pero se había remangado la camisa y desabrochado los tres primeros botones, le escuché mascullar que la ropa mojada en tierra siempre era un lío, pero no entendí a qué se refería con ello. La verdad, a mí no me parecía un lío cuando se trataba de él, su cabello se había secado por completo y seguía sedoso y brillante, y la tela pegada a su piel remarcaba lo muy en forma que estaba.
Solté un suspiro y traté de volver mi vista al frente pero él activó manualmente los limpia parabrisas y se me hizo imposible fingir que no estábamos en el mismo auto. Desde mi ángulo ni siquiera podía observar su rostro debido al cabello que tenía metido en frente de la cara, pero no podía quitarle los ojos de encima.
—Ya deja de mirarme, es incómodo —se quejó cuando detuvo el auto, me pasé demasiado rato, lo noté.
—Lo siento, la verdad me preocupa que aún estás mojado —era cierto pero no exactamente el motivo por el que le miraba tanto.
—Te dije que estoy bien, ya te dije que soy inmortal.
—Aún llueve muy fuerte —comenté mirando por la ventanilla del auto para relajar el ambiente.
Más bien para relajarme yo, que no sabía por qué estaba tan tensa.
—Toma la sombrilla para que no te mojes. —Me la extendió y yo la tomé.
—¿Quieres pasar? —No era buena idea pero quería saber más de él.
—No lo creo, no quiero molestar.
—No lo harás, en casa solo vivimos una amiga y yo.
—Aún así.
—Por favor —insistí con cara de cachorrita y él bufó antes de asentir.
Ambos bajamos del auto. Chispitas salió bajo la lluvia como si nada mientras yo me tapaba con la sombrilla que me había dado. Llegamos a casa y toqué el timbre repetidas veces con esperanzas de que Crystal abriera. Al ver que no sucedería abrí yo misma. Había tocado por si de casualidad estaba haciendo algo que tuviera que ver con el proyecto. Ambos entramos al salón, Crystal definitivamente no entraba.
—Parece que estás sola —comentó él, cerrando la puerta.
—Crystal debe estar en el colegio aún —comenté, buscando el número de mi amiga en el móvil. Le llamé y tal como había dicho, aún estaba en el colegio por la lluvia. Llegaría en un rato.
—Creo que mejor me marcho.
—Nada de eso. Aún está lloviendo a cántaros y te has dedicado a recoger con tu ropa cuánta agua has podido. Tengo algunas ropas para chicos gracias a Thaniel que es un desordenado. Te traeré algo para que te cambies y te quedas sin rechistar.
Subí las escaleras para buscar la ropa. Cuando volví, él aún estaba parado junto a la puerta sin decir nada con cara de quien va a la muerte.
—Esto no es necesario, Violet.
—Solo cámbiate, el baño está al fondo del pasillo. Te espero aquí.
Dicho eso casi le llevé a empujones y luego me quedé esperándole en el comedor recostada de la mesa. Las cosas que habían pasado en esos días me tenían desorientada y, a decir verdad, bastante molesta, hoy casi se matan esos chicos por nuestra causa. No debería molestarme porque era nuestro trabajo, pero no me estaba sintiendo bien con ello.
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The Fall (Dark Angel V)
FantasyAño 2130 n.e ¿Qué pasa cuando el mundo ha avanzado tanto que los humanos ya no quieren tolerar a las criaturas mágicas entre ellos? Un mundo lleno de magia y criaturas sobrenaturales que antes vivían ocultas pero ahora están entre ellos como parte d...