Capítulo XXXVIII

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La lluvia de balas láser venía hacia nosotros mientras los robots avanzaban y una enorme barrera se creó delante nuestro protegiéndonos. Miré a mis lados y vi a varios brujos suspendidos en el aire con las típicas marcas que ellos portaban en su piel cuando hacían ese tipo de hechizos y cantando para mantener la barrera.

El ataque siguió renuente pero Lian y su padre hicieron que el hielo se hundiera debajo de los pies de los robots. Parecía que habíamos ganado pero estos ascendieron del agua tomando forma de barcos. Maldije por lo bajo pero Ciel me dio una mirada con una media sonrisa, una que indicaba que tenía un plan en mente.

Ni siquiera me había dado cuenta del momento en el que Thristan y Lian habían ascendido. Chispitas estaba volando y su padre se encontraba sobre una gran estructura de hielo. Las marcas de Thristan brillaban y tomó esa misma transformación de Chispitas. Temblé de miedo cuando vi lo que planeaban hacer, el hielo delante nuestro se había derretido y ví al mar retirarse cada vez más formando una ola gigante detrás de todos los barcos de la flota enemiga. Tuve que sostenerme de Ciel porque aquello me estaba conmocionado. Vi como Lian extendía sus manos hacia adelante y la ola se levantaba como una pared grande e imponente casi rozando las nubes.

—¿Cómo rayos piensan parar eso después, Ciel? Nos van a matar— dije temblando y le escuché reír.

—¿Qué pasa, Violet? Thristan es el rey de los tritones, hijo de Tritón y nieto de Poseidón, rey de los mares ¿Crees que esa ola nos tocará?

No lo sabía, pero estaba asustada, la ola se volvió oscura y todo se había detenido, los robots seguían disparando pero la barrera de los brujos nos protegía. Y entonces lo vi, Los brazos de Lian y Thristan calleron, y junto a ellos, aquella monstruosa pared de agua.

Arrasó con toda la flota, con los robots, con todo y venía negra y oscura hacia nosotros. Miré a Ciel espantada y tenía una sonrisa torcida en su rostro, ya no sabía ni qué me daba más miedo, si él o la ola, se veía como lo estaba disfrutando. Divisé como aquella ola llegó hasta donde estaban Thristan y Lian partiéndose en dos, se desvió hacia los lados sin siquiera tocarnos cayendo detrás nuestro así como todos los barcos que habían arratrado.  Los destruyeron a todos y los mandaron hasta el fondo del océano.

De inmediato Ciel gritó que pusieran a toda marcha las Arcas y el Ruby fue lo primero que arrancó. Los Heasting bajaron hacia las cubiertas y Lian vino hasta donde estaba abrazándome.

—Cielos, estás temblando— dijo aferrándome a él— ¿Tanto miedo tuviste?

—No es como que veas un tsunami de ese tamaño todos los días— respondí temblorosa y Chispitas se separó para mirarme.

—Nada va a pasarte mientras estés con nosostros, Violet, yo te protegeré— de eso no estaba muy segura, estaba muriendo y sería inevitable, ni él, ni toda la magia del mundo podría pararlo—. Violet, no tengas miedo— dijo sacándome de mis pensamientos y yo sonreí ligeramente.

—¿Ya te dije que te amo?

Él sonrió, con su linda sonrisa— No lo sé— dijo de forma pícara acariciando mi rostro—, tal vez no lo capté bien la última vez.

—Pues te amo, te amo demasiado, Chispitas.

—Y yo— respondió y besó mis labios con intensidad.

Desgraciadamente ese momento no duraría mucho, aún no terminábamos. Oímos una explosión y miramos hacia donde se escuchó el sonido. Casi le habían dado a una de las Arcas. Entonces llevé mi vista al cielo, habían aviones, muchos de ellos, demasiados, aviones de guerra.

—¿Será que ese hijo de su madre no nos dejará ir?— le oí gritar a Ciel frustrado y ambos fuimos hasta él—. Los brujos desplieguen las barreras, ahora— ordenó y golpeó el teclado airado maldiciendo de todos los colores posibles, ahora sí estaba preocupada.

The Fall (Dark Angel V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora