Capítulo XXX

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Mi mente daba vueltas y no me di cuenta en el momento en que aquellos hombres me dejaron tirada en el suelo. No podía ver nada y a duras penas escuchaba que una pelea se estaba librando en frente de mí.

Unos segundos después fue que sentí que alguien se acercaba a mí y por instinto me alejé luchando, no podía ver quién era.

—Tranquila, soy yo— escuché esa voz, era Lian.

—Lian, vámonos— y esa otra definitivamente era del rey.

Sentí que él me cargaba en brazos luego de hacer aparecer una manta con la que me envolvió y me sacaba de aquel callejón. Estaba débil pero aún consciente y me aferré lo más que pude al cuerpo de Chispitas.

—¿Ves lo que provocas?— le escuché mascullar a Lian bastante molesto.

—No pensé que se escaparía— respondió el rey—. Además, no sé por qué lo hizo, ella está viviendo con Ulises acá.

Mira que era despistada, con razón las rejas se me hicieron conocidas, estábamos en casa de Uriel.

—Está débil, abuelo, casi la mato, ¿recuerdas?—dijo Lian con los dientes apretados. En ese momento logré levantar la vista y vi como el rey miraba a su nieto, su mirada había cambiado totalmente a una de preocupación y creo que de amor paternal.

—Estás bien, ¿verdad?—le preguntó.

—No lo estaré si ella no lo está— respondió y noté como bajó su vista hacia mí para luego volver a mirar a su abuelo—. La amo, me gustaría que lo entendieras.

—De todas las mujeres, Lian ¿Tenía que ser ella?— le oí preguntar y sentí como una reja se abría sola, al parecer habíamos llegado.

—Si ella fuera la verdadera Violet no te molestaría, tu único problema es que es hija de ese Damien—entramos a la propiedad pero se desviaron por el lado y no tomaron la entrada principal.

—Mi problema es que ella pertenecía al proyecto.

—Pero ya no lo hace— respondió Lian y noté como entrabamos por una ventana.

Ambos se detuvieron frente a frente y al parecer no notaban que yo estaba escuchándoles.

—Abuelo— habló Lian—, si de cometer errores se trata sabes que ella no es la única.

—Lo tuyo no es igual...

—No importa— le interrumpió-, solo te pido que entiendas. Según tengo entendido mi abuela es hija de la mujer que asesinó a tus padres y a muchos ángeles negros.

—Lian, no...

—No me vengas con que no es igual—le rebatió—, es casi lo mismo. Tú no pudiste dejarla a ella y yo no puedo dejar a Violet, la amo, comprende, por favor.

El rey soltó un suspiro— Está bien, ya veo que no lograré convencerte y no quiero que le suceda nada. Ulises me mataría si se entera de que casi abusan de ella— le escuché decir—. Iré a ver a Valeria, no te tardes.

—Abuelo— Lian hizo detener el paso del rey quien estaba yéndose—, quisiera que pensaras lo de la amiga de Violet. Permite que mi tía haga algo por ella, sabes que puede despertarla.

—Hablaremos de eso luego, sabes que ahora ese tema se ha complicado.

Ahora sí escuché como dejaba la habitación. Lian soltó un ligero suspiro y me miró, notando al fin que tenía los ojos abiertos.

—¿Escuchaste todo?— me preguntó.

—Un poco— respondí sin mirarle y él me dejó sobre la cama.

The Fall (Dark Angel V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora