Capítulo VI

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      No tengo que decir que los chicos me dieron una buena reprimenda al enterarse de lo sucedido aquella noche. Después de eso nunca más me dejaron ir sola hasta mi habitación, ni siquiera por el día. Cuando se lo proponían podían ser muy sobreprotectores. Tampoco volví a ver a Chispitas, así le apodé por lo que hizo aquella noche con la electricidad.  Y porque necesitaba llamarlo de alguna forma cada que pensaba en él y era muy seguido desde entonces.

        Ese viernes en la noche, luego de que pasaran mis dos últimas semanas conviviendo con los dracaes, me fui a casa. Crystal me había llamado hacía unas horas diciéndome que fuese urgentemente para allá porque debíamos hacer algo importante. Cuando entré ella estaba en el salón y por la ropa que traía sabía de lo que se trataba todo.

        —¿Tienes una misión, verdad?

        —Tenemos, para ser exactas.

        Crystal me explicó en lo que consistía todo sobre esta misión. Al parecer era en un barrio de vampiros, querían que matásemos a un grupo y que hiciéramos creer que habían sido dark angels.

          —¿Usaremos balas con sangre? —pregunté a Crystal cuando ya estábamos en el lugar.

         —Por supuesto, y estas son nuevos modelos, me las entregó Emil ayer.

        Estábamos en un callejón oscuro, vestidas completamente de negro y con capuchas; además de unos pasamontañas que cubrían la mitad de nuestro rostro. Aparte de eso traíamos los lentes fluorescentes para simular los ojos de los dark angels y un invento del proyecto bastante efectivo en este tipo de misiones, una especie de máquina holográfica algo pequeña que hacía parecer como si tuviéramos alas.

         —Atenta, Kimy, se están acercando —advirtió Crystal tomado su pistola cargada con balas que contenían sangre de ángel negro.

         Las balas de sangre eran una de las mejores invenciones del proyecto. Habían utilizado la tecnología para encapsular la sangre de ángeles negros (que no sé de dónde sacaban) y usarlas en las balas de pistolas especiales. Cuando estás entraban en contacto con el interior de un individuo, explotaban, esparciendo en veneno.

          Las voces se escuchaban cada vez más cerca, venían hablando de cosas triviales hasta que se percataron de nuestra presencia en el callejón. Lo reconocí por la voz, uno de ellos era el que me había atacado hacía semanas. Creí que estaría pudriéndose en la cárcel pero no me sorprendía que estuviera afuera, la justicia en nuestro país era una mierda igual que en la mayoría de los otros.

       No tardaron mucho en creerse el numerito de que éramos drak Angels, eran unos idiotas y yo deseaba hacer justicia sin dudas.

       En segundos yo y Crystal comenzamos a disparar, de preferencia a sus bocas. Estas pistolas tenían un bajo alcance, así que solo podíamos acertar de cerca y de preferencia debía ser en la boca, así que no podíamos evitar el combate cuerpo a cuerpo. Admito que fue toda una hazaña cumplir esa misión, ellos eran muchos y se movían rápido, incluso llegaron a herirnos de forma grave pero la agilidad que había ganado con los Dracaes en ese mes surtió efecto y, a pesar de las heridas, cuando les tenía más cerca de me hacía más fácil dispararles a quemarropa.

       La sangre de ángel negro les envenenaba, según me habían explicado era porque esta neutralizaba la sangre de los vampiros y solo les dejaba con el veneno que ellos poseen, haciendo que murieran si se trataba de la sangre de ángeles negros con ojos rojos, que era la que siempre usábamos.

        También escuché un rumor de que si mezclabas ambas sangres podía ser un tratamiento bastante efectivo para curar heridas y otros problemas físicos, pero no tenía abundancia de conocimientos en ese campo.

The Fall (Dark Angel V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora