Capítulo XXVI

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Cian me dejó sola en cuanto lainterna iluminó los cuerpos de sus padres. Solo pude ver el cuerpo del príncipe Kian, rodear como una muralla protectora el de su esposa. Sabía que era ella porque su cabello blanco sobresalía entre los escombros que los cubrían casi por completo. Ayudé a Cian a sacarlos, él quitó más escombros que yo porque era mucho más fuerte. En unos quince minutos ya les habíamos liberado. Ambos estaban bien, todos los golpes se los había llevado el príncipe y por su naturaleza de ángel negro habían sanado. Cian arrastró el cuerpo de su padre y yo como pude cargué al de su madre hasta donde habíamos entrado. Él abrió sus alas y sacó a Kian primero y luego a ella.

Yo seguí buscando cuando Cian se la llevó y noté que más allá estaba el rey dracae, tenía un pedazo de metal atravezándole el abdomen.

-¡Cian! -le grité mientras revisaba el pulso de Brithiel por puro instinto, supuse que ellos eran parecidos a nosotros y supongo que acerté. Estaba vivo.

Cian volvió en menos de nada, y me reprendió por haber gritado, podía hacer que la estructura cayera sobre nosotros. Él vio por qué gritaba y me dijo que iba a encargarse, que siguiera buscando más adelante. Asentí y continué, oí como Cian sacaba el pedazo de metal del abdomen del rey dracae. Luego miré hacia atrás, le estaba sanando y vi que bajaron dos dark angels más. Era peligroso pero necesitábamos ayuda para sacar a todos quienes estaban ahí. Caminé por largo rato, encontré a los reyes también y a personas desconocidas. Los refuerzos de Cian ayudaron a sacarlos de debajo de los escombros, casi no estaban heridos.

-Ahora te alcanzo, sigue buscando, Violet. -dijo Cian antes de salir con los demás.

La cabeza me palpitaba, dudo que se notara en el exterior, pero sentía que estaba muriendo. Seguí mirando alrededor, trataba de mantener la cabeza fría pero desesperaba. Busqué por tanto tiempo que Cian volvió y aún no les había encontrado. Me sostuve de él, estaba en mi límite,

-Violet, puedo seguir con esto solo, te prometo que lo encontraré.

Negué con la cabeza. -No me lo perdonaría. Necesito saber qué está bien, solo saldré de aquí cuando encuentre a Chispitas.

Cian y yo caminamos de vuelta revisando el lugar otra vez pero no había más nadie. No nos habíamos fijado en el suelo. Sentí el ruido de unos cristales quebrándose bajo mis pies y en un santiamén estaba colgando de un hoyo que se había abierto debajo de mí. Cian me sujetó para que no cayera y me subió de nuevo. Ambos nos quedamos anonadados al ver que debajo de donde estábamos había otra estructura más.

-Al parecer hay dos pizos -dije mirando hacia abajo y usé la linterna, estaba devastado también.

-Pensé que todos estaban en el superior. Quizá intentaba salir para algo.

-Ya hemos sacado a casi todos, Lian y sus padres deben estar abajo.

- Deberías dejarme entrar a mi mientras tú buscas refuerzos. Si este pizo se derrumba encima de ese, yo saldré vivo, pero tú no.

-Iré a buscar a Lian, tú busca a los demás -respondí y salté.

Oí la maldición de Cian pero no podía pelear conmigo sería peligroso para la estructura tan frágil. Así que solo se fue a buscar ayuda.

La situación no era fácil, cuando avancé encontré a Arden y Thristan. Estaban debajo de varios escombros, cuando comencé a quitarlos solo se veía la mano de ella. Cuando retiré la mayoría, habían tres enormes cabillas atravesando ambos cuerpos desde abajo. Me mareé ante la visión de tanta sangre roja y azul mezclada con escombros y polvo. No era especialmente sensible a la sangre, pero mi cuerpo estaba magullado y mis fuerzas menguadas, estaba al punto del desmayo cuando Cian me hizo volver a la realidad.

The Fall (Dark Angel V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora