Capítulo XXVII

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         Pasó casi un mes desde entonces, las situación en Ahrimán no había vuelto a ser igual desde entonces. Había dark angels por todas partes para cuidar la seguridad, no solo de la criaturas mágicas, sino también de los humanos. Los ataques del proyecto cesaron en apariencia, aún habían algunos pequeños altercados entre las calles y esta vez no solo era entre razas, los ciudadanos humanos comenzaban a involucrarse.

         Las primeras dos semanas me las pasé en el hospital convaleciente. Estaba mal herida, con todos los golpes y heridas no podía hacer casi nada por mí misma. Cuando estuve mejor volvimos a casa de Uriel (creo que nos tocaría una larga temporada en el lugar). Anneth colocó barreras alrededor de toda la casa para evitar la entrada de intrusos y prevenir cualquier tipo de ataque.

Crystal seguía en coma y no había un día en que no sufriera por ello. Mientras estuve en el hospital convaleciente, fui a verla a diario y me quedaba horas y horas allí, pidiéndole entre lágrimas que despertara pero hasta ahora las noticias sobre ello eran pésimas.

Ya llevaba tres días desde que había vuelto a la universidad a insistencia de Anneth, que quería que no estuviese pensando todo el tiempo en Crystal. Aún me costaba un poco el caminar y me mareaba con facilidad. El doctor había dicho que era a casua de los golpes pero que con tratamiento estaría como nueva pronto. Yo le creí, de todas formas nada importaba, mi mundo se había vuelto gris desde aquel día.

Con respecto a mi brazo izquierdo, he de decir que me costó acostumbrarme cuando me veía desnuda, pero mientras estuviera vestida y con un guante en mi mano era como si jamás la piel se hubiese ido, de todas formas no sentía nada.

Ese lunes ya estábamos en la última clase de la mañana, luego de eso me iría a ver a Crystal al hospital. Era clase de diseño, estábamos todos  acomodados por grupos en unas mesas con pantallas táctiles que tenían representados los planos en los que llevábamos trabajando ya un tiempo en clase. Yo no estaba atendiendo, la verdad, llevaba un tiempo sin prestar mucha atención debido a lo sucedido.

Estaba entretenida en mi móvil, con mi lápiz táctil haciendo algún bosquejo abstracto en una aplicación cuando sentí al profesor aclararse la garganta detrás de mí. Di un brinco por el susto y el móvil rodó al suelo, cuando fui a tomarlo este ya lo había recogido y me incorporé para verle avergonzada.

—¿Tan aburrida le parece la clase que está dibujando, Srta. Bridger?— me preguntó y yo le miré con una sonrisa a labios cerrados.

—Lo siento, Sr. Weller, no volverá a suceder.

—De seguro, por favor, limítese a atender a clases o si no puede cambiar de carrera.

—Estoy bien en esta, Sr. Weller gracias por la sugerencia— respondí algo molesta por lo que dijo y este me devolvió el móvil para retirarse luego.

Me puse manos a la obra con mi compañero de mesa y comencé a cooperar con el bosquejo. En cierto momento en el que estaba muy concentrada la electricidad del salón se cortó sin más, apagando las pantallas y dejándonos a oscuras. Levanté la vista tratando de entender lo que sucedía, pero nadie parecía saber nada.

—Debe ser un fallo técnico— le escuché decir al profesor quien se dirigió hasta la puerta del salón. Yo estaba comenzando a preocuparme, las ideas de un nuevo ataque no salían de mi mente; pero me equivocaba, o por lo menos en parte.

El profesor abrió la puerta dejando ver una silueta masculina que no pude identificar por la contra luz. Parecía que estaban hablando algo que no lograba escuchar.  Luego de eso el profesor le dejó entrar y el desconocido comenzó a caminar por el salón. No podía ver los rostros de los demás pero sabía que estaban a la espectativa tanto como yo.

The Fall (Dark Angel V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora