The Fall (Dark Angel V)

Capítulo XXXVII

Estaba en uno de los baños del lugar, llevaba un buen rato tosiendo sangre y sentía que iba a morir. Nadie lo sabía, nadie excepto Ciel que fue quien cargó conmigo cuando me empezaron los ataques a medio camino hacia la habitación de Chispitas. Estaba recostada del lavado que se encontraba lleno de mi sangre y me miraba al espejo sin casi reconocerme, estaba pálida.

—Violet, esto no está bien— dijo por n-ésima vez Ciel y yo no llegué a responder porque volví a toser sangre. Lavé mis labios nuevamente pero esta vez levanté mis ojos al espejo y de estos salían lágrimas de sangre.

—Ciel...— dije casi en un jadeo y él me miró espantado.

—Se acabó, Violet, ahora sí te llevaré a la enfermería— dijo tomándome en brazos a la fuerza y sacándome de ahí.

—Ciel, por favor, no, no me lleves a la enfermería— le rogué tosiendo en un pañuelo.

—Estás mal, eso no es un efecto de los sedantes, algo no anda bien.

—Ciel, por favor, no quiero que Chispitas lo sepa— cuando dije eso él se detuvo y yo comencé a llorar—. Sé que algo no anda bien pero no quiero que él sepa.

—Violet...

—Por favor, Ciel— le supliqué y le oí bufar.

—Está bien, te llevaré a otra parte— dijo y siguió el camino.

Sentí como salíamos a la cubierta del Arca y este levantaba vuelo, unos segundos después estuvimos en la cubierta del Ruby. Él me llevó al interior de la embarcación y llegamos a la sala de operaciones.

—Assistent, extiende una camilla aquí y comunícate urgentemente en una llamada S.O.S con Frederik— ordenó y de inmediato una especie de camilla de hospital se armó en medio del salón y una pantalla holográfica se dibujó en frente de nosostros. Había un enorme signo de llamada y Ciel parecía desesperado por como repiqueteaba los dedos sobre mi camilla. Yo solo hacía toser y me sentía horrible, no tenía fuerzas para más.

La llamada se contestó y detrás de la pantalla apareció un chico moreno de ojos hazel con el cabello de un rubio oscuro— ¿Sucede algo, Ciel?— preguntó mirándome ahí tirada.

—Ella es Violet, la novia de Lian, tiene un cuadro extraño desde hace unas horas. Cuando la trajimos solo tenía mareos y ligeros malestares pero de un rato para acá se la ha pasado tosiendo sangre y hace un momento le sangraron los ojos— explicó rápidamente y el chico alzó las cejas.

—¿Tienes material para hacer unos análisis ahí?— preguntó y Ciel asintió.

—Ordena lo que quieras, programaré a Assistent para que te escuche— dijo tecleando rápidamente en uno de los teclados de por allí y yo solo hacía toser.

El chico ordenó un sinnúmero de cosas, jeringas, sueros y bolsas de sangre, las últimas eran para ponerme una transfusión ya que había perdido mucha.

—Esas son de Ciel, te sorprendería pero su sangre es bastante especial— dijo el chico y yo solo asentí ida del mundo. De inmediato el mismo Ciel me canalizó la vena con una maestría de un profesional, parecía haberlo hecho antes.

—Vaya, esto también se te da bien— dije sonriendo sin fuerzas.

—Lo he hecho más veces de las que te imaginas— respondió colocando la bolsa de sangre en el porasueros.

—Toma una muestra de su sangre, Ciel— indicó el chico de la pantalla y así lo hizo. Con una jeringa extrajo algo de sangre de mi brazo—. Assistent, lleva esa muestra a analizar a mi camarote— dijo y un dron apareció llevándose la muestra de sangre.