Creí que mi cabeza explotaría, sentía unas ganas de volver el estómago terrible y me dolía un montón la nariz. No podía ver bien, ni siquiera tenía fuerzas para despegar del todo lo párpados. Escuchaba voces a lo lejos, voces desconocidas diciendo cosas que no lograba comprender, no del todo. Traté de moverme pero mi cuerpo estaba entumecido y aparte noté que unas correas me ataban a donde estaba acostada. Blabuceé algo, no sé muy bien qué, estaba mal, el olor tan fuerte a químicos me estaba matando.
—Por lo visto ya está despierta— escuché que decía alguien—. Le pegaste muy duro, Emil, creí que la habías matado.
La voz era de una mujer y yo traté nuevamente de abrir mis ojos divisando borrosamente una castaña con bata blanca al lado mío, revisando venga a saber qué. Moví mis ojos poco a poco y pude divisar a lo lejos la silueta de quien supuse era Emil.
—Solo necesitan su sangre y muestras de tenjido, si la hubiera matado no habría supuesto mucha diferencia. Además, Damien me dio barra libre para hacer con ellos lo que quisiera luego de tomar las muestras— oí que respondió y no entendía nada.
—Sí, se te ve feliz con ello— fue lo único que dijo la doctora alejándose.
—Sigues dándole sedantes, ¿no?— le escuché preguntar.
—A los chicos sí, luego de su casi fuga hace unas horas no creo que podamos tenerlos conscientes— respondió apuntando algo y yo seguía sin poder moverme.
—Chispitas...— dije en un jadeo que al parecer nadie escuchó. Traté de levantar mis manos pero no podía, estaban atadas y yo sin fuerzas.
—En un rato quítale a Kimberly los sedantes, quiero que vea lo que haré con su amado...
Eso fue lo último que escuché porque mi mundo se volvió completamente negro. No sé cuánto tiempo pasó luego de eso, pero volví a recobrar la conciencia con el bip de la máquina de contar latidos retumbando en mi oído. Esta vez sí logré abrir los ojos, estaba en una especie de sillón de laboratorio con unas correas inmovilizando todo mi cuerpo. Observé el lugar, era un laboratorio gigantesco con las paredes acolchonadas de color blanco y solo había un trío de doctores caminando de aquí para allá, digo doctores, pero dudo que le fueran. Traté de soltarme pero era imposible, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado pero tampoco lo analicé mucho cuando noté lo que había a unos pasos en frente de mi sillón.
Eran unos tanques de cristal llenos de agua, puestos en una base de metal con controles y monitores que marcaban no sé qué. Algunos tubos daban paso a que el oxígeno entrara al interior de los tanques y lo más horrible de todo, era que tenían a Lian y a Cian dentro de ellos.
Fue automático cuando me salí de control y comencé a tirar de las correas que me immovilizaban. Chispitas estaba inconsciente, con solo el pantalón desgarrado hasta las rodillas y su transformación de tritón. Tenía los ojos abiertos y completamente negros pero era como si no estuviera ahí, como si estuviera muerto.
—¡Suéltenme!— grité desesperada y los presentes no intentaron pararme solo llamaron a no sé quién— ¡Lian! ¡Chispitas, por favor!— seguí gritando y tirando haciéndome daño con esas malditas correas que no se soltaban ni un poco.
Vi una puerta abrirse en la pared derecha y por ella entró Emil. Estaba diferente, se había rapado toda la cabeza y una horrible herida con puntos cubría casi toda esta. Él se acercó a mí, yo ni siquiera seguí gritando, sabía que lo hacía para torturarme ¿Quién sabe qué le habría hecho a Lian?
—Al fin despiertas— dijo tomando mi cara agresivamente—. Veo que ya notaste en el estado que tenemos a tus amiguitos.
—Eres un monstruo— dije con desprecio mientras las lágrimas recorrían mi rostro y él sonrió.
![](https://img.wattpad.com/cover/249119994-288-k305881.jpg)
ESTÁS LEYENDO
The Fall (Dark Angel V)
FantasyAño 2130 n.e ¿Qué pasa cuando el mundo ha avanzado tanto que los humanos ya no quieren tolerar a las criaturas mágicas entre ellos? Un mundo lleno de magia y criaturas sobrenaturales que antes vivían ocultas pero ahora están entre ellos como parte d...