Capítulo IV

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     La noche pasó tan rápido que ni la noté. Luego de cenar en el comedor junto a los chicos, ellos mismos me llevaron hasta en frente de mi habitación; dijeron que no era seguro que anduviera sola en medio del campus y menos si mi residencia quedaba cerca de la de los vampiros. No le di demasiada importancia, de todas formas sería inevitable que en algún momento estuviese sola.

       Pasaron algunos días, los entrenamientos cada vez se volvían más pesados porque la exigencia era a nivel Dracae y yo a duras penas los soportaba porque ya tenía entrenamiento desde hacía años. Lo cual me había hecho darme cuenta de que, sin dudas, las criaturas mágicas son por mucho superiores a nosotros. Tenía entendido que las hadas entrenaban porque eran físicamente menos fuertes que las demás criaturas y si un humano como yo, mitad Cyborg y con años de entrenamiento no les llegaba a los talones, menos a cualquiera de las otras. Pero claro, la fuerza física podía ser contrarrestada con tecnología de primera. Ahrimán no era ni de cerca el país más rico del mundo, porque la mayoría de las naciones les tenían hecha la guerra y las que no, eran las que poseían una población densa de criaturas mágicas, cuyos gobiernos estaban infectados de ellas. Por lo tanto, era raro ver las tecnologías despuntantes que encontrarías en países más ricos como Estados Unidos o China, pero sí existían, porque los lazos con Japón y la monarquía vampírica que gobernaba allí nos habían dotado de grandes avances.

     Sin embargo, el proyecto se había dedicado en secreto a fabricar armas que fácilmente podían acabar con ellos, solo que la producción no era masiva y según tenía entendido aún no eran suficientes para acabarles.

      Para ser un Colegio de lujo, como había podido notar, la estructura estaba diseñada a propósito para mantenernos separados, pero al mismo tiempo unidos. Es decir, me pareció extraño que si querían unidad separasen a los alumnos por uniformes, pero eso facilitaba identificar a quienes podían ser tus agresores ya que los vampiros, por ejemplo, podrían ir a por los brujos que son humanos, o los licántropos perder el control en una de sus transformaciones y había que estar preparados. Pero mantenían la unidad, por eso las residencias tenían varios cuartos mezclados por pisos, con criaturas de todo tipo y solían converger aparte de en el comedor, en los baños.

       Para mí era desventajoso, porque no deseaba encontrarme con ningún vampiro, principalmente. Les tenía algo de rencor desde mi ataque y me sentía vulnerable en los baños. Por eso solía ducharme lo más temprano posible en las mañanas, y en las tardes lo hacía en los baños del campo de entrenamiento dracae porque estos no abrían hasta al medio día.

      Desde que las prácticas se volvieron más pesadas y las clases de medicina mágica más aburridas, solía caer como piedra a la cama. Les enviaba la información a los del proyecto por el iPad, luego de comprobar que no me vigilaban por él y literalmente moría hasta las 5:00am que era que me levantaba a tomar mi baño. Sabía que los vampiros no dormían, pero tenían toque de queda por medidas de seguridad y no podían salir de sus habitaciones a partir de las 00:00 hasta las 6:00am. De igual manera, yo solía acostarme demasiado tarde dando informes y siempre me levantaba por pura inercia.

      Esa mañana estaba más agotada que de costumbre, los chicos me habían machacado por completo el día anterior e insistieron en entrar a mi habitación y molestar hasta tarde, lo cual retrasó mis informes y mi horario de sueño. A diferencia de otros días que caminaba más alerta, esta vez iba en modo automático y con los ojos prácticamente cerrados porque las luces del pasillo me molestaban. 

       Había tomado mi ropa deportiva porque la primera clase sería de entrenamiento, para mi desgracia. Entre arrastrando los pies al baño de chicas y maldiciendo a Thaniel y a los demás.

        Entré a la ducha sintiendo un gran alivio por ver que el baño estaba totalmente vacío. Me recogí el cabello y luego me retiré la ropa para tomar un delicioso baño caliente que esperaba me ayudase a despertar un poco. Me metí por completo y divagué en mi mente mientras me daba el baño más lento de mi vida. Pensé en el chico ese, el que me rompió el móvil. No había podido encontrarlo y los dracae no eran de ayuda, ellos decían que era muy vaga mi descripción y yo dejé de preguntar cuando insinuaron que me había enamorado.

The Fall (Dark Angel V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora