Capítulo XXV

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        Aquel mismo día recogimos a Crystal en la universidad y fuimos llevadas para la casa de Uriel. En realidad ya no me importaba donde me llevasen a vivir, llevaba meses en un cambio constante de vivienda,  ya se me había hecho costumbre. Anneth me dio un buen sermón con respecto a mi comportamiento y hasta Crystal se molestó conmigo. Entendía su punto de vista, arriesgué mi vida y no solo eso, sino que también puse en peligro la de ellos. Por lo menos en la casa...  bueno, en la mansión de Uriel, estaríamos seguros.

        Ambos, Alexa y Uriel me trataron con normalidad e incluso podía decir que no les molestaba para nada que estuviese allí. La gran pelea fue cuando Ulises llegó y supo lo que había hecho, se enfadó en sobremanera conmigo.

          —¿Acaso eres un niña para hacer estas cosas? ¿En qué estabas pensando? —me reclamó alterado.

         —Lo siento, Ulises, de veras no pensé...

         —¡Sí, definitivamente no pensaste! —dijo exaltado— ¿Matar a tu padre? ¡Podrá ser un maldito pero ni yo me he atrevido a hacerlo! ¡Existen leyes, Violet!

        —¡Las leyes no han hecho nada para detenerlo! —respondí molesta— ¡Él está suelto como si nada ahora y no es justo!

        —¿Y qué querías? ¿Que le encerraramos para siempre sin tener pruebas de que asesinó a tu madre?

        —¡No lo sé! ¡Pero haber hecho algo al menos! ¡No entiendo cómo le dejaron salir! ¡Le hubieran dado perpetua, la pena capital, yo qué sé! ¡Algo que no le permitiera arruinar mi vida y la de otros chicos! ¡Intentó destruir su reinado.

        —Violet si condenasemos a muerte a cada humano que ha intentado destruirnos, a cada humano radical que se levanta en el mundo para echarnos fuera... ¡Es que no lo entiendes, eres muy joven!

         —¡No importa! ¡Él no solo mató criaturas, no solo intentó destruir el reino! ¡Destruyó vidas de niños, mató a mi madre! ¡Me destruyó!

          —¡Violet, basta!— gritó molesto—. Tienes razón, es el demonio y nos encargaremos de que pague pero por medio de la ley, así que no hagas algo como esto nunca más. ¿Entendido? No eres una niña y ya no eres una asesina. Tienes que superarlo y comenzar a vivir otra vez. Toma la oportunidad que te hemos dado. Somos tu familia, soy tu padre.

           Comencé a llorar más fuerte y él me abrazó mientras repetía que nunca más estaría sola, que jamás nadie me haría daño. Y le creía. Creía que él me protegería, que me cuidaría como siempre quiso hacerlo, que lo harían todos. Pero mi vida ya estaba destruida.

       —Si tan solo no hubiera perdido a Lian también —sollocé abrazándome fuerte a él—. Me quitó incluso eso, Ulises, la oportunidad de ser feliz con alquien que me quería de verdad.

       Le sentí suspirar y beso mi nuca. —Violet, está bien llorar, gritar, deprimirte e incluso querer morir; pero no debes seguir con ello. Todavía tienes una vida por delante que vivir. El amor es algo complicado y yo mejor que nadie sé de eso —dijo y me separó para secar mis lágrimas—. Este fue tu primer amor pero no tiene por qué ser el último, la vida sigue y después conocerás a alguien más.

       —No quiero a nadie más —respondí en un sollozo mientras trataba de secar mis lágrimas.

       —No te cierres, Violet. No sabes cuánto pueden cambiar las cosas, no sabes si Lian cambie de opinión, no sabes si tal vez vuelva. No sabes lo que el futuro depara, pero para verlo tienes que seguir viviendo, ¿comprendes?. Eres mi hija, llevo años buscándote y aunque nada nos ate, ni recuerdos, ni sangre, quiero que seas feliz...

The Fall (Dark Angel V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora