Capítulo XXIV

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       —No puedes seguir así, Violet —Anneth irrumpió una vez más en mi habitación, era como a quinta en el día, posiblemente la número 200 en la semana. ¿Pero quién estaba contando?—. ¿Hasta cuándo piensas estar aquí encerrada?

         No respondí, me había cansado de decirle que no tenía motivos para vivir, que no sabía qué hacer, que me costaba decidir. Había pasado toda mi vida con el único propósito de destruir la las criaturas mágicas y su reinado. Había pasado toda mi existencia odiándolos y odiándome. Ahora que era una chica normal, con una familia... No tenía idea de qué hacer. Nunca creí tener esa oportunidad.

        Ella se sentó sobre la cama y acarició mi cabello de forma maternal, como lo había hecho varias veces en esa semana. Anneth parecía de mi edad, aunque sabía que era mucho mayor que yo. Era una bruja mitad vampiresa. Nunca creí que eso sería posible pero ella existía, solo me había contado que su padre era un vampiro, no tuvo que aclararme que era un Anagashi, porque ellos son los únicos que pueden tener descendencia, y su madre una bruja que luego de tenerla a su hermano y a ella, se convirtió.

       —Dime, ¿acaso no deseabas ser una chica normal?

       —Nunca seré una chica normal, siempre seré la hija de ese hombre, una asesina y una mentirosa —Mis lágrimas mojaron la almohada—. Jamás seré normal por el solo hecho de saber que lastimé a Lian, así que no pienso salir de aquí. Lo único que quiero es morir.

        Pensar en Lian era doloroso más que cualquier otra cosa. Si hubiera traicionado al reino sin haberle engañado a él, sin haberme enamorado de él, quizá todo sería más sencillo, me sentiría menos como una mierda.

        —Debes volver a vivir, Violet. Si no lo haces por ti hazlo por Ulises, él está preocupado porque llevas días encerrada y sin siquiera comer. Crystal ya volvió a la universidad, deberías hacer lo mismo.

         —No quiero, ya los estoy molestando demasiado con vivir aquí. No quiero que Ulises también pague mi matrícula en la universidad que es bastante cara.

         —Por el dinero no te preocupes, a Ulises y a mí nos sobra —dijo tocando mi hombro—. Incluso si deseas estudiar en el extranjero podemos arreglarlo para ti. Debe haber algo que te guste, Violet.

         —No... Yo... —sollocé, era una carga y lo sabía, pero no tenía valor de salir a las calles.

        —¿Has intentado siquiera llamar al príncipe?

       Me senté sobre la cama. Mis cabellos enredados cayeron delante de mi rostro como un velo, sequé mis lágrimas. —No tengo el valor, además... El rey me prohibió volverle a ver —Sí que me había pasado esa idea por la mente pero... Tenía terror a lo que me diría.

         —Creo que deberías hablar con él, después de eso decide qué hacer.

         —No es como que la respuesta no sea obvia.

         —Mira, Violet, debes vivir y si para ello necesitas terminar de romper con Lian, hazlo. Pasa página, puedes conocer a alguien más después y Lian también te superará.

         —¿Crees que vaya a olvidarse de mí? —Sentí cómo se encogía mi corazón de solo pensarlo con alguien más.

         —Será lo mejor, créeme. Solo sufrirán si insisten.

        —Cierto —Miré hacia otro lado. ¿Lo mejor para quién? Solo tenía diecinueve años, pero cuando estaba con Lian nos imaginaba... En un estúpido para siempre.

        No podría olvidarle ni en un millón de años.

        —¿Quieres que lo llame o lo harás tú?

The Fall (Dark Angel V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora