Lian me llevó al palacio, no hizo preguntas por el camino porque supongo que mi estado delataba que lo que había averiguado no me hacía sentir precisamente bien. Le debía explicaciones, pero no tenía valor de dárselas, ni a él, ni a nadie. Damien era la mente de todo lo que había estado sucediendo en Ahrimán, el culpable de mi vida tan miserable y mi padre. MI PADRE. No podía con tanto. Me preguntaba qué pecado había cometido para que me pasaran tantas cosas malas en la vida. Para que ahora que había encontrado a alguien especial, lo fuera a perder así. Miraba a Chispitas y se me oprimía el corazón, no sabía cómo decirle.
Cuando bajamos del auto nos dimos cuenta de que algo no andaba bien. Delante del palacio estaba el rey y la madre de Lian, parecían estar a punto de salir a buscarlo, o a buscarnos. Cuando vieron el auto entrar se acercaron de inmediato, Lian me pidió que me quedase dentro para que no me vieran en ese estado. Supongo que se refería a mis ojos rojos de tanto llorar.
—¿Violet viene contigo, no? —le preguntó la princesa Arden tratando de ver para adentro del coche, pero los cristales polarizados no la dejaban.
Lian respondió solo con un asentimiento de cabeza.
—Tu abuelo necesita hablar con ella. Vamos dentro. —Arden trató de tomar la mano de Chispitas para guiarlo al interior del palacio pero él se soltó de inmediato.
—¿Qué está sucediendo? —preguntó en tono más serio y yo me bajé del auto, algo me decía que hasta aquí llegaban mis mentiras.
—Chispitas...
—Ni una palabra —el rey me interrumpió con tanta aspereza que me encogí en mi sitio y Lian se incomodó aún más.
—¿Qué está pasando? —volvió a preguntar y esta vez sus ojos cambiaron de color.
—Entra al palacio con tu madre, ahora. Mi plática es con Violet —respondió el rey y la reacción de Lian fue hacer todo lo contrario.
Vino hasta mí y me tomó de la mano, entrelazando nuestros dedos. —Violet es mi novia —dijo—. Lo que sea que tengas que hablar con ella puede ser delante de mí, si ella así lo desea.
Me sentía atormentada, el corazón me latía en la cabeza y mis ojos ardían como nunca. Quería llorar, quería sujetar fuerte a Lian y salir corriendo de allí para que no lo supiera, para que no se enterase nunca de la verdad. Pero era imposible, en algún momento nos alcanzaría, me alcanzaría.
—Chispitas, por favor, haz lo que te piden —le rogué, siendo apenas consciente de las lágrimas que caían por mí rostro. Si era lo que estaba pensado, no quería que estuviese presente.
Él se giró hacia mí, en su expresión solo había dolor. No quería que dijera eso.
—Estás mal, no puedo dejarte sola, Violet.
—Ya basta, ni siquiera se llama Violet.
Un balazo habría dolido menos que las palabras del rey en ese instante. Apreté la mano de Lian y sentí ganas de vomitar, pero el rey continuó.
—Kimberly —musitó—. Kimberly Jhonson, no puedo creer que nos hayas visto la cara durante todo este tiempo.
Intenté hablar, pero tenía todo atorado en la garganta.
—Arden, llévate a Lian de una buena vez —musitó.
Lian me puso detrás de él en respuesta y se quitó los guantes antes de lanzar una descarga eléctrica a pocos pasos de su abuelo y madre impidiendo que llegasen hasta nosotros.
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The Fall (Dark Angel V)
FantasíaAño 2130 n.e ¿Qué pasa cuando el mundo ha avanzado tanto que los humanos ya no quieren tolerar a las criaturas mágicas entre ellos? Un mundo lleno de magia y criaturas sobrenaturales que antes vivían ocultas pero ahora están entre ellos como parte d...