—¿De compras? —pregunté cuando estuve justo al lado del chico misterioso y él se sobresaltó dejando caer un par de guantes al suelo. Sonreí y me agaché a recogerlos de inmediato—. No esperaba encontrarte justo aquí —dije en cuanto me incorporé y le entregué los guantes, él no dijo nada—. Esos de allí te quedarán bien, si aceptas consejos. —Le señalé unos guantes negros que solo cubrían parte de la mano dejando la mitad de los dedos a la vista.—Esos no me sirven, deben cubrir toda la mano —respondió seco, mientras observaba otro par bastante parecido a los que traía puestos.
Él aún seguía vestido de negro. Llevaba una sudadera negra con cordones blancos que le quedaba gigante, y la capucha cubriendo su cabeza. Aparte usaba un pantalón negro entallado en cuya cadera colgaba una cadena plateada y un par tenis deportivos verdes y negros de un diseño extraño. Su ropa no se veía demasiado cara para ser estudiante del Colegio Real. Mientras el chico misterioso buscaba los guantes le di una mirada más exhaustiva a su físico, debía tener más o menos mi edad, era más alto que yo y por mucho, espalda ancha, piel pálida (lo poco que dejaba ver de ella. Su ropa no me permitía observar mucho, aunque los ángeles negros solían estar en buena forma casi todos, o ser muy delgados, dado a su naturaleza, si pesaran demasiado no creo que pudiesen volar.
—¿Qué piensas de estos de acá? —sugerí otros que cubrían la mano completa, tenían diseños en blanco—. Combinarán con tu cabello y tú outfit. —Se los extendí, él tomó los tomó y me miró con dudas.
— ¿Por qué haces esto? Creí que me odiabas.
—Y lo hago. Eres un cretino por romper mi móvil y ni siquiera recordarlo, pero me ayudaste en los baños sin que te lo pudiese, muchos de los de allí no habrían hecho lo mismo. Así que solo toma mi amabilidad como un pago —respondí y me recosté de la estantería mirando a otra parte. Había tenido tiempo de reflexionar, a pesar de todo, me salvó y no me agradecí.
—¿De veras crees que me quedarán bien? —preguntó refiriéndose a los guantes y volví a mirarle, sonriendo.
—Al parecer te va el estilo monocromático, y el blanco está en la gama —Bromeé pero él miró serio los guantes—, aunque si te va más el negro no deberías comprarlos.
—Estos no están mal —dijo mirándolos y luego a mí con su único ojo a la vista.
Me sentí nerviosa ante el contacto de nuestras miradas, su iris tan azul como el océano parecía tener electricidad en su interior, una que me recorrió desde los pies hasta la cabeza. Él era extraño sin dudas.
—¿Acaso eres EMO, o gótico o algo así? —pregunté sin vergüenza alguna, su atuendo me causaba curiosidad, era inevitable.
—¿Qué?
—Lo digo por el cabello cubriendo la mitad de tu rostro, aparte de la ropa completamente negra.
—No sé de lo que hablas, pero no es por eso que me visto así. Simplemente el negro es más sobrio.
—Entiendo, aunque no es lo usual.
—Lo usual suele ser aburrido después de un tiempo —añadió y yo sentí que me ruboricé un poco. Tenía razón.
—Estos están más bonitos y podrías usarlos en ocasiones más formales —Esta vez escogí un par negro, que llegaban casi hasta el codo, que intercalaban cuero sintético y malla negra, con algunas hebillas de color dorado que casi no se dejaban ver; eran un diseño bastante trabajado para ser unos simples guantes de centro comercial.

ESTÁS LEYENDO
The Fall (Dark Angel V)
FantasyAño 2130 n.e ¿Qué pasa cuando el mundo ha avanzado tanto que los humanos ya no quieren tolerar a las criaturas mágicas entre ellos? Un mundo lleno de magia y criaturas sobrenaturales que antes vivían ocultas pero ahora están entre ellos como parte d...