¿Qué pasaría si un día te das cuenta que lo que te han contado, no es la verdadera historia?
Zoe se crio entre secretos y ahora que ya es una joven adulta, ha creado los suyos propios.
Así es como llega a la ciudad de Nueva York para entrar a la Aca...
Como era de esperarse, la relación de Zoe y Hunter no acabó de la mejor manera y tampoco parecía que algún día se repararía.
Luego de que él le avisará que Borja fue a buscarla, no volvieron a intercambiar palabra alguna y él procedió a evitarla en todo momento.
Cada vez que Zoe salía de su habitación, Hunter entraba a la suya para no verla y cuando se cruzaban, podía notarse lo mucho que los incomodaba la presencia del otro.
Ella supo que se alejarían así. Ocurrió tal cual lo imaginó.
A sus compañeros también les incomodaba, ya no salían todos juntos como antes y todavía era extraño ver las expresiones que ponían al escuchar el nombre del otro cuando alguien lo nombraba.
Naibi no dudo en aprovechar que Hunter seguía destruido para acercarse más a él.
Se encargó de animarlo todas las mañanas con un chiste sacado de un pequeño libro que compró en una tienda que estaba en la esquina de la academia y con un café por las tardes con el que Hunter se abría cada vez más a ella, contándole su vida y como se sentía.
Le costaba entender como la rubia había sido capaz de engañar a un chico tan noble como lo era él. ¿Por qué se enamoró a medias? Ella apenas lo conocía y ya la tenía por las nubes con su risa que achinaba sus ojos y sus divertidas ocurrencias.
Poco a poco, lo ayudaba a olvidarse de Zoe sin que se percataran de ello.
Lograron convertirse en buenos amigos, a pesar de que Hunter le gustaba, ella sabía que debía esperarlo. Él no estaba listo para ningún tipo de relación y no lo estaría en mucho tiempo.
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Los ensayos para la obra comenzaron un día antes de lo programado y a todos los tomó por sorpresa. Más que nada a Zoe y Hunter, que todavía se preparaban mentalmente para tener que tocarse, rozarse y mirarse cara a cara luego de terminar.
Gavrel los nombró, llamando su atención.
—Desde el principio. Pas de deux del primer acto —Indicó con su dedo índice, pidiéndoles que se colocaran en el centro de la sala —Música por favor.
Todos los observaban atentos a cada movimiento y respiraban aire contaminado con la tensión que ambos generaban.
Los dos llevaban puesto el vestuario perteneciente a sus personajes.
Se colocaron en posición, ella unos pasos más adelante que él. Esperaron la música y cuando esta sonó, comenzaron a bailar.
Zoe caminó hacia atrás, chocándose con torpeza contra Hunter, como Giselle lo haría con Albrecht. Unieron sus miradas por unos segundos, aquellas que una vez se conocieron de memoria, ahora se habían convertido en dos completas desconocidas.
Ella volvió a su lugar y Hunter se acercó cotejándola. Agarraba su brazo, pero la rubia lo quitaba con una actitud introvertida. Él se arrodilló frente a ella y besó su mano, Zoe salió corriendo, pero Hunter le impidió el paso.
