Me quedaré contigo una noche más ©

Capítulo 20

Photograph - Ed Sheeran / All I Want – Kodaline

/ What About Us – Gavin Mikhail

Zoe golpeó la puerta y esperó paciente a que le abriera. Cuando Borja finalmente lo hizo, pudo confirmar que la situación era muy extraña.

Él tenía puesto un traje elegante de color negro y una sonrisa ancha dibujada en su rostro.

—Adelante —Estiró su mano hacia atrás invitándola a pasar.

—¿Vienes de una fiesta? —Preguntó al entrar, refiriéndose a cómo iba vestido.

Zoe se adentró a la casa con confianza y notó que su mesa estaba adornada. La decoración era bastante sutil, pero que destacaba muchísimo porque nunca tenía su mesa así de prolija. Tenía dos floreros, algunas velas pequeñas, un par de platos y cubiertos listos. Era una mesa digna de una película romántica.

De fondo, sus paredes de vidrio. A través de ellas se podía ver una Nueva York adaptándose otra noche más a la luz de la luna.

—¿Qué es todo esto? —Estaba desconcertada.

—Quería invitarte a cenar, pero no puedo llevarte al mejor restaurante de Manhattan —Se sentía mal por ello —No quiero sonar egocéntrico con lo que voy a decir, pero —Sonrió avergonzado —Lamentablemente todos en esta ciudad saben quién soy. Tarde o temprano se enterarían de quién eres tú y no quiero comprometerte.

Zoe entendió las razones de Borja. Era totalmente cierto.

—Así que pensé en algunas ideas y esta fue la mejor.

—Pero no estoy vestida para la ocasión —Dijo temerosa.

—Discúlpame por no decirte nada, quería que fuera una sorpresa para ti. Así que no te preocupes, dentro de la sorpresa hay otra sorpresa —Estiró su mano y Zoe la tomó —Sígueme.

Borja la guio hasta su habitación y señaló con su mirada la cama. La rubia se percató de la caja que estaba encima de esta y volteó a verlo tratando de buscar una respuesta.

—Ábrela —Ordenó con una sonrisa ansiosa.

La abrió y un vestido color champagne esperaba dentro.

Lo tomó entre sus manos y lo levantó para observarlo de cerca. Una tarjeta que estaba encima del vestido cayó sobre la cama. La leyó, era un vestido de la marca Dior.

—Borja, es precioso.

Le había encantado. Era corto, sencillo e ideal para ella.

—Intuí que te gustaría.

—No tendrías que habérmelo comprado. No puedo ni imaginar el precio.

—Zoe, no importa cuánto me costó. Hoy te mereces estar perfecta.

Le alcanzó otra caja, esta vez había dentro unos zapatos de la misma marca y un color bastante similar.

—Dejaré que te cambies tranquila.

Para su suerte, siempre llevaba un poco de maquillaje en su pequeña cartera. Se maquilló con un poco de base y corrector. Rímel en las pestañas, un labial rosado y voila.

—Te queda cómo me lo había imaginado —Apreció su figura.

—¿Cómo?

—Hermoso.

Tomo su mano y la hizo dar una vuelta.

—Tienes buen gusto —Hizo una mueca de asombro. Él la miró orgulloso.

—Quiero besarte pero no. Hoy será diferente. Recuérdame al final de la noche que te debo un beso.

—¿Aguantarás hasta el final de la noche?