Capítulo 21

787 91 21
                                    

Nuevamente, Zoe se encontraba pensando en lo mismo.

Trataba de no darle importancia al asunto, pero entendía que en cualquier momento, llegaría el día en el que debería despedirse de Borja para siempre.

Empezó a pensar en las probabilidades que tenía de cruzarse con él. Eran pocas, pero las había.

En una fiesta de la academia. En el Brook's. Caminando por la calle y que él pasase con su auto...

—Oye, ¿En qué piensas? —Le preguntó Hunter, alejándola por completo de sus pensamientos.

—En cómo haré para soportarte otro año más —Contestó divertida.

—¿Ah, sí? —Arqueó una ceja y la abrazó por detrás —No eres la única aquí que está aguantando a alguien, rubia.

—No me llames así —Su rostro se transformó.

—¿Por qué?

—No me gusta que me llamen de ese modo.

No quería que le recordase a Borja. Además, solo él la llamaba así y quería que siguiera siendo de esa forma.

Omitió la verdad, como acostumbraba a hacerlo. Mentir por todo y para todos.

A veces odiaba ser así. Le mentía a su familia, a sus compañeros de piso y comenzaba a mentirse a sí misma.

Se sentía como una mentirosa compulsiva, pero no le quedaba otra opción. Tenía que hacerlo.

Borja llegó al domicilio de su madre para celebrar la nochebuena en familia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Borja llegó al domicilio de su madre para celebrar la nochebuena en familia. Antes de entrar, se paró en la entrada para observar por un momento la decoración típica de la época. La puerta y ventanas tenían adornos navideños con un moño rojo. La nieve cubría toda la entrada dándole el toque ideal.

Stella se encontraba colocando las luces y guirnaldas sobre el árbol en la sala principal del segundo piso. Él le brindó un poco de ayuda para colocar las que faltaban en la parte de arriba porque el árbol medía dos metros.

—¿Puedes dejar ese cigarro? Me quemarás el árbol —Volteó a verla, con su cigarro en la boca. Lo tomó entre sus dedos y se lo alcanzó para que lo apagará.

En los días festivos y más importantes, donde las personas solo ansían pasarlos con sus seres queridos, ella les permitía a sus empleados irse más temprano a sus casas.

Les dejó un mensaje en el buzón de voz a sus hijos para avisarles con anterioridad que invitaría a Andrew a festejar con ellos. Gavrel le respondió que no había problema alguno, era su hogar y podía invitar a quien quisiera.

Borja, por su parte, no regresó la llamada.

—¿Por qué él sonrisa relajada pasará nochebuena con nosotros?

—¿Cómo lo has llamado? —Preguntó Stella rápidamente, indignada por la insolencia de su hijo.

—Me alegra que creas que soy un tipo relajado —Dijo Andrew de pronto, entrando a la sala principal con pasos largos. Los dos lo miraron con espanto.

Me quedaré contigo una noche más ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora