Capítulo 3

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—¡Mierda Aiden! ¡¿No tienes fuerza?! —Lìa gritó furiosa y se alejó con brusquedad de su compañero, el cual era bastante delgado y más pequeño que el resto de los muchachos.

A lo lejos se escuchó la risa de Max, que disfrutaba de la situación. Jane, su compañera de pas de deux, le pegó en el brazo para que se detuviera.

Quería desechar en la basura todos sus dichos buenos sobre él. Su hermana tenía razón. La primera semana de clases estaba finalizando y ya nadie lo soportaba, a excepción de un grupo de bailarines iguales de idiotas que festejaban cada comentario innecesario que hacía.

Los viernes era día de pas de deux, una de las partes del ballet más fundamental. Saber bailar de a dos era tan importante como saber bailar solo.

Algunos, a la primera ya parecían estar con su pareja ideal. Pero otros, como era el caso de este par, no parecían ser los indicados para estar juntos en esto.

—Lo siento —Aiden se disculpó cabizbajo y rascó su cabello rubio.

—¿Qué pasa aquí? —Ante los gritos de Lía, Gavrel fue a ellos para averiguar lo que pasaba.

—No puede alzarme hacia arriba, creo que debería probar con otro chico —Sugirió con sequedad, pero él pelinegro decidió ignorarla.

—Prueben de nuevo, pero trata de tomarla con mayor firmeza.

Aiden asintió ante la orden de su profesor y se incorporó con su compañera.

—Y tú, trabaja en conjunto con tu compañero, él no tiene que hacer el esfuerzo solo —Murmuró cerca de Lìa. Ambos se echaron unas miradas asesinas hasta que él se apartó.

La relación entre Lía y Gavrel no había mejorado en toda la semana y con esa escena, menos. Ella sentía que no le podía tocar un peor profesor y Gavrel ya se advertía que tendría que lidiar con la castaña.

—Me da algo de pena —Hunter susurró en la oreja de Zoe, a la vez que observaban la situación igual que los demás.

—¿Aiden?

—Sí.

—A mí también —Comentó la rubia sin quitar la vista del rubio e hizo una mueca con sus labios —Me alegra que nos tocará juntos, me siento cómoda contigo. Ojala no nos cambien.

—No te preocupes. Cuando nos vean bailar juntos, no querrán separarnos nunca más —Se miraron con complicidad y rieron.

—Chicos, eso es todo por hoy. No se frustren si todavía no sienten que le ha tocado el compañero de pas de deux acorde a ustedes. La próxima semana seguiremos probando parejas hasta encontrar al compañero que mejor vaya con cada uno —Todos comenzaron a dirigirse hacia la puerta —Y recuerden que mañana, sábado al mediodía, haremos una celebración de bienvenida en el Hotel Parker. En esa fiesta estarán personas que pueden cambiar su futuro, desde directores de compañías de todo el mundo hasta coreógrafos que siempre están a la mira de nuevos rostros. Deben ir elegantes, ya saben, reglas de la directora.

Zoe se dirigió hasta la puerta con sus compañeros. Al escuchar a Gavrel hablar sobre la fiesta, de inmediato pensó en Borja y se preguntó si él iría. Si estuvo en el acto de bienvenida que no era muy relevante... lo más probable es que asistiría.

—Primera semana y ya estaremos de festejo. Sin dudas es la mejor escuela que nos podía tocar —Al castaño le encantaba las fiestas.

—La mejor directora, querrás decir —Jane lo corrigió.

—Señora Novak, la amo —dijo Hunter con un tono de voz romántico y las tres comenzaron a reír.

—Señora Novak, la amo —dijo Hunter con un tono de voz romántico y las tres comenzaron a reír

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Me quedaré contigo una noche más ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora