Capítulo 23

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—¿Segura que no quieres compañía? —Hunter vio como Zoe terminaba de preparar su valija.

—Sí, quiero estar unos días a solas —Alegó ella.

—Ok... diviértete —Dijo cabizbajo y depositó un beso pequeño en sus labios —Ten cuidado con los animales salvajes.

Zoe le sonrió y asintió con su cabeza demostrándole que todo estaría bien. Sin embargo, por dentro se sentía demasiado culpable por ocultarle la verdad.

Junto a Jane, bajó del edificio con una maleta y permanecieron sobre la acera esperando un auto ordenado por Borja que la recogería.

—Pobrecito, hasta a mí me dolió —Jane compartió su preocupación por él castaño.

Zoe solo respondió elevando sus hombros mientras seguía con la mirada los autos que pasaban a gran velocidad.

—No ganarás nada con esa postura indiferente —Murmuró.

—Basta, Jane —La miró enojada.

No tenía ganas de escucharla. Bastante se culpaba a sí misma como para que ella también lo hiciera.

—Lo siento, no puedo detenerme —Se excusó con rapidez y apoyó sus manos en los brazos de la rubia —Amiga, quiero evitar que los dos sufran.

—No sé por qué tengo el presentimiento que de una forma u otra sufriremos de todas maneras —Observó el edificio de en frente, pensativa —Te prometo que terminaré con él apenas regresé, ¿Vale?

—De acuerdo. Te tomo la palabra.

Sabía que no estaba bien lo que estaba haciendo con Hunter. No quería engañarle más, porque lo quería mucho y exactamente por eso, debía terminar con él, solo tendría que encontrar la ocasión correcta.

Luego de la audición, Zoe y Borja conversaron sobre lo agotados que los tenía la vida en la ciudad, surgió una propuesta por parte de Borja que a simple vista parecía descabellada, pero tener una corta y exclusiva aventura sonaba más que tentador

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Luego de la audición, Zoe y Borja conversaron sobre lo agotados que los tenía la vida en la ciudad, surgió una propuesta por parte de Borja que a simple vista parecía descabellada, pero tener una corta y exclusiva aventura sonaba más que tentador.

—Necesito despejarme de este mundo acelerado por unos días.

—Yo también.

—Deberíamos tomarnos unas pequeñas vacaciones, no lo sé, un fin de semana fuera de Nueva York no estaría mal —Dijo sin pensarlo demasiado. Zoe lo escuchó con atención —¿Qué dices, rubia? ¿Te atreverías? —Preguntó de manera desafiante.

Con una mirada cómplice, Zoe confirmó que sí. Que se atrevía a estar a solas con él durante dos días. Lejos de todos y de todo.

Él chofer la dejó en la entrada al aeropuerto de Nueva York e hizo lo que Borja le indicó con anterioridad.

Fue hasta una de las pistas donde él la esperaría con el Jet privado de los Novak.

Él pelinegro tenía una gran sonrisa y su atuendo de oficina puesto. Lo acompañaba el piloto del avión y una azafata. Caminó hasta ellos y al llegar, Borja tomó su rostro con ambas manos y la besó con delicadeza.

Me quedaré contigo una noche más ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora